Dani Alves ya sabe cuál es su sentencia judicial por el caso de agresión sexual que lo persigue desde el 30 de diciembre de 2022: 4 años y 6 meses de cárcel. La víctima del maldito lavabo del reservado VIP de la discoteca Sutton pedía 12. La Fiscalía, 9. Puede estar contento. Sobre todo porque ya hace 13 meses que está encerrado preventivamente. Por lo tanto, vayan restando. 3 años y 5 meses que, evidentemente, no cumplirá en la totalidad, teniendo en cuenta precedentes y circunstancias diversas. No será inminente, porque todavía se puede recurrir la sentencia, pero parece que pronto volverá a la calle. Y eso genera debate, polémica, enfado y furia.
Al brasileño, ex del Sevilla, Barça, PSG, Juventus y estrella de la selección brasileña durante una década, también le ha caído un añadido de cinco años de vigilancia y el pago de una indemnización de 150.000 euros. Alves los abonó el pasado mes de agosto, cosa que se ha considerado como una atenuante por reparación del daño. Una estrategia acertada de su nueva abogada, Inés Guardiola, que ha conseguido minimizar los daños. Choca, sin embargo, con la declaración del futbolista, lamentando su nula capacidad económica a consecuencia de un escándalo del que siempre se ha declarado inocente, incluso dando cinco versiones diferentes de los hechos. Dinero tiene, sí. Tantos como cambios de criterio y de memoria. Su credibilidad queda tocada. Y la etiqueta de violador, en propiedad.
Violador. Una palabra clave que explica, precisamente, el enorme revuelo mediático que ha generado este caso. Alves, futbolista de élite y palmarés envidiable, quién siempre hacía gala de buen humor y de amor por su pareja Joana Sanz, referente generacional y espejo en el que se han querido reflejar muchos chiquillos que le dan patadas a una pelota. Nadie sospechaba, a pesar de la repetición del estereotipo de futbolistas sin escrúpulos en todos los puntos del planeta, que caería en este pecado infame, despreciable y vomitivo. Precisamente por todo eso, la dureza del tribunal no parece en sintonía con la de la sociedad. Hay mucha gente enojada, consideran el castigo injusto, exiguo, patético y peligroso. Una de las periodistas del corazón más conocidas, catalana para más señas, se ha vuelto a mojar y de qué manera: Laura Fa.
La mitad de las Mamarazzis, omnipresente en los medios rosa del Estado español, sin miramientos y a la yugular. Con 4 palabras le basta para definir un sentimiento: "Sale muy barato violar". La decisión de los jueces "me parece una broma. Estará en la calle mucho antes que la víctima haya curado algunas de sus heridas, si es que llega a hacerlo". Este es el problema. Y la sospecha: si Dani no fuera rico y famoso, puede que habláramos de otra decisión. La defensa de la víctima dice estar contenta, aunque valorará si la pena es suficiente. La de Alves ha anunciado recurso: quemará todas las naves para rebañar más tiempo y salir cuanto antes mejor. Sea como sea, triste final a una historia tristísima.
Que le caigan 4 años y medio a Alves me parece una broma. Estará en la calle mucho antes que la víctima haya curado algunas de sus heridas, si que llega a hacerlo. Sale muy barato violar. 💜
— Laura Fa (@Laura__Fa) February 22, 2024