Desde que Laura Rosel ya no conduce El matí de Catalunya Ràdio, a la periodista catalana la hemos podido ver en TV3 en un programa a raíz de la 'generación porno', haciendo colaboraciones con quien durante tiempo compitió al otro lado de la Diagonal, Jordi Basté, o lanzándose a la piscina probando nuevas salidas profesionales, por ejemplo la de actriz, en una obra en Sabadell. En octubre participó en su ciudad, en la obra de teatro Atemptat sobre política y terrorismo, acompañando a dos actores profesionales: Georgina Latre, ex Ventdelplà, y Òscar Castellví. Rosel interpretaba a la periodista que tiene que cubrir el atentado en un importante museo europeo.

Mientras Rosel se reinventa, o mejor dicho, prueba nuevos retos profesionales, continúa pendiente de su retorno mediático estudiando diferentes propuestas. Veremos cuándo la volveremos a ver. Quién sabe, quizás nos vuelve a sorprender y después de hacer de actriz dramática en una obra sobre un atentado, se nos hace presentadora de algún programa de deportes. No sabemos si es una crack en esta materia o no, pero lo que sí sabemos es que una de las imágenes que más la ha emocionado los últimos tiempos tiene que ver con el deporte y con dos deportistas mayúsculos, descomunales, míticos y de los mejores de la historia, sin ningún tipo de duda.

Porque a Laura se le han puesto los ojos como platos al ver una imagen que pone la carne de gallina, especialmente para los que somos culés. Una imagen que se ha producido esta noche pasada, en la gala de los premios 'The Best', donde aparte de Leo Messi, ha habido dos grandes triunfadores en las categorías de mejor entrenador y mejor jugadora. Dos mitos del barcelonismo, uno, que por desgracia hace años que se marchó para hacer campeón de Europa y la Premier al Manchester City. La otra, la mejor jugadora del mundo, que lo ha ganado todo esta temporada, que viste (esperemos que por muchos años) los colores azulgranas y que se te cae la baba viéndola jugar, perdón, viéndola levitar por encima el césped y con un balón cosido a las botas: Pep Guardiola, el mejor entrenador de todos los tiempos, y Aitana Bonmatí. Verlos juntos, dos mitos, dos ídolos, dos cracks absolutos, así de abrazados, ha sido motivo suficiente para que a Laura Rosel se le escapara un explícito "Fuà". No se puede decir más con menos letras:

Mirar esta imagen es el mejor bálsamo para los culés que cuando miramos los partidos del equipo masculino, nos deprimimos. Como dice Laura, un "Fuà" como una catedral ante este par. A sus pies.