Finalmente se ha hecho justicia en Catar. Solo de la futbolística, desgraciadamente. Los derechos humanos en el emirato o Irán seguirán pisoteados de forma salvaje. Pero el espectáculo deportivo de la final del mundial más extraño y polémico ha sido colosal, coronando al mejor de todos los tiempos como el rey del planeta fútbol. Hablamos, de quién si no, de Leo Messi. El mito del Barça ya se sienta en la mesa de Maradona, haciendo que su país vuelva a levantar la Copa del Mundo después de México 86. Aquel de la mano de Dios y el gol antológico regateando a todo el equipo inglés. La albiceleste ha luchado como nunca contra una Francia demoledora y un Kylian Mbappé estelar. Y no es ninguna frase hecha.
Los sudamericanos han tenido que ganar el partido tres veces. Con el 2-0, con el 3-2 y en la tanda de penaltis, con el añadido de lanzar en segunda posición, que estadísticamente es peor. Insuperable, como el propio Mbappé, que ha hecho los tres de su país cuando todo el mundo los daba por muertos. Incluso ha anotado el primer penalti de la ronda decisiva. Y ni siquiera así han podido evitar que Messi y Argentina reventaran con una euforia que se ha hecho esperar 36 años. Demasiado tiempo. Bien lo valía. Increíble.
Tomás Roncero, un dia duro en la oficina
El partido ha sido seguido con atención extrema en todos los rincones de la Tierra. En España y Catalunya, por descontado. La rivalidad iba más allá de franceses y argentinos, con el duelo Barça Madrid de fondo. Buena parte de la prensa deportiva española se moría por ver a Messi derrotado, incluso celebrando la victoria del enemigo Mbappé, que los dejó plantados. Por ejemplo, Tomás Roncero. El del diario AS ha hecho su show habitual, destrozado cuando Messi marcaba el primer gol, por los suelos cuando los franceses empataban a dos a falta de 10 minutos. Y al final, el delirio cuando fallaba el merengue Tchouaméni. Delirio, como su profecía, que se ha cumplido, pero al revés. Miren, lean. Ni una palabra del 10, curioso. Disfruten.
La lista de reacciones patéticas, infinita
Más reacciones que rozan el patetismo: Juama Rodríguez gritando "injusticia", Alfredo Duro obviando que el argentino exista, Edu Aguirre poniendo aquella foto de Mbappé con la habitación llena de pósteres del Madrid y de su querido Cristiano, Iker Casillas... dando pena. Después de alegrarse por el portero de Croacia que le paró un penalti en las semifinales, ahora ni una palabra ni foto de Messi. Se entiende, es su verdugo. Se ha hinchado a marcarle goles, 17. Hace daño. Podríamos seguir, pero ahora es momento de celebrar con Leo. En Catalunya no lo olvidamos, a pesar de cómo se ha girado la historia con el Barça. Felicidades, Leo.
Tardaremos mucho en volver a ver a un jugador así. Disfrutémoslo mientras todavía esté en activo. Es el más grande. Y le tienen mucha envidia.