Leo Messi, el mejor jugador de la historia del fútbol, está viviendo una segunda juventud. El futbolista argentino, después de toda una vida en el Barça y un par de años para olvidar en el PSG, después de proclamarse por fin campeón del mundo con la selección albiceleste, vuelve a ser feliz desde que llegó como lo que es, un mito, al Inter de Miami. Ahora, el mejor jugador de todos los tiempos viste de rosa y enamora a los fans norteamericanos con sus goles y asistencias, y allí ya le consideran su ídolo.
El argentino, probablemente, volverá algún día u otro a Catalunya, a su querida casa de Castelldefels. Probablemente eche de menos el sol, el mar, el buen tiempo y la gente de aquí, donde han nacido sus tres hijos. Y otra de las cosas que probablemente eche de menos en Miami sea la manduca, el buen yantar que tenemos aquí. En París también se come bien, sin embargo, ¿en Miami?... No parece. El argentino siempre ha reconocido que su comida preferida es la milanesa, especialmente las que le cocinan en casa de los padres. A menudo se lo ha visto con su familia o amigos yendo a regalarse festines, a comer o cenar en restaurantes y a ponerse las botas. Alguna otra vez, lo hemos visto haciendo publicidad de diferentes productos de comida o bebida, como hamburguesas o patatas fritas, o disfrutando de un buen asado con sus compañeros de selección.
Ahora, sin embargo, en Miami se tiene que conformar con lo que hay. Y lo que hay son pizzas inclasificables. Sorprende que él mismo haya mostrado orgulloso que estaba a punto de zamparse una pizza que parece una aberración. Y eso que la casa que las hace, 'Banchero Miami, la verdadera pizza,' se enorgullecen de existir desde 1932. Pues no han aprendido a hacer pizzas después de tanto tiempo. Y es que ver esta pizza sin tomate esparcido, solo con rodajas, algún trozo de cebolla y cuatro olivas mal puestas, ha generado una avalancha de comentarios:
No se lo tengáis en cuenta. Coma pizzas aberrantes o no, sigue siendo el mejor de la historia... Suerte que se ha dedicado a jugar a futbol y no a hacer de crítico culinario.