Leonor vuelve para el Jueves Santo. La princesa de Girona volará de Gales a Madrid para pasar diez días en familia. Aunque la agenda de Casa Real está vacía, Zarzuela ya ha filtrado a las agencias qué actividad han escogido durante las vacaciones con el fin de limpiar la imagen de la heredera. En realidad limpian la imagen de la reina Letizia ya que Leonor estará en un acto oficial imprescindible, necesario y que Letizia ha sido incapaz de protagonizar en 2 meses que hace que dura la invasión de Ucrania: visitar refugiados ucranianos.

Leonor sangre, ojos y vestido azules, GTRES

Según la Agencia EFE:"Los reyes Felipe VI y Letizia, acompañados de la princesa Leonor y su hermana, la infanta Sofía, visitarán este sábado por la tarde el centro de acogida a los refugiados ucranianos en Pozuelo de Alarcón, recorrerán las instalaciones del centro gestionado por la ONG Accem y tendrán la posibilidad de saludar a las familias y los niños allí acogidos tras huir de la guerra contra Rusia que se libra en su país. España ha acogido ya a unos 80.000 ucranianos". Un acto digno y muy tardío. Letizia ha preferido estar con Charles de Inglaterra inaugurando expos de pintura.

Letizia en el Reino Unido, GTRES

La invasión de Ucrania es la crisis bélica más grave que ha vivido Europa desde la II Guerra Mundial. El peligro de que llegue una III Guerra mundial es más cerca que nunca, incluso el presidente Joe Biden ha utilizado este sintagma maldito, en inglés "III World War". Una situación así ha hecho despertar todas las monarquías europeas. ¿todas? No. En la única corona que queda en el sur de Europa hay unos reyes, Felipe y Letizia, perezosos, esquivos e incapaces de un gesto como el de Máxima de Holanda, la reina consorte de los Países Bajos. No espera que el rey Guillermo, su marido, le haga hacer. Ella se ha vestido con ropa cómoda y se ha plantado al centro de acogida de refugiados ucranianos. Las fotos son un grito de atención en Letizia: eso es una reina.

Máxima de Holanda con refugiados ucranianos, EFE

La reina holandesa habla con un grupo de jóvenes refugiados mientras visita la instalación de acogida para refugiados ucranianos en el centro de convenciones BALSA de Amsterdam, Países Bajos, este miércoles. En el complejo se ha instalado un centro para recibir el flujo de refugiados. Máxima tiene 50 años y mucha personalidad, ejerce como un icono del europeísmo que acoge refugiados. Letizia es incapaz de hacerse una foto cogiendo la mano de un refugiado, un enfermo de VIH o un indigente. Su gesto a favor de Ucrania empequeñece al lado de lo que hace Máxima: se puso una blusa ucraniana. Máxima toca la mano de una refugiada, Letizia toca unas faldas de moda:

Letizia mirando ropa EFE

Letizia habla por la ropa, la moda y los complementos, nunca se la oye, no escoge bien las causas a las cuales presta su apoyo. Podría haber escogido una muy buena: las enfermedades mentales. Su hermana Érika se suicidó porque sufría una depresión severa. Pero Letizia no sabe, no quiere o no la dejan. Máxima minimiza Letizia. Y ahora también Leonor hace pequeña a Letizia.