Una de las fotos más cara de la prensa rosa fue la de Ana Obregón llevando a su hija Anita a la salida del hospital a los EE.UU. donde fue engendrada en un vientre de alquiler y con el esperma congelado por su difunto hijo, Aless Lequio, muerto a los 27 años por un cáncer de huesos. Aquella noticia levantó un encendido debate en la sociedad: la actriz y presentadora que tiene 73 años (confiesa 70), fue directamente con el material genético que su hijo quería conservar por si sobrevivía al cáncer y la quimioterapia lo dejaba estéril. Pero no sobrevivió y Ana Obregón hizo correr que el chico le pidió en su lecho de muerte que hiciera posible su sueño de dejar una criatura en el mundo. No hay prueba escrita ni testigos de esta supuesta última voluntad y la persona clave, Alessandro Lequio, padre del difunto, ha mantenido estos dos años una actitud distante con Ana Obregón y especialmente con la pequeña Anita, su "nieta". Lequio ni conoce a la niña. Hola celebra en portada el segundo aniversario de Anita y en Vamos a ver de Telecinco Lequio suelta la bomba de realidad: no considera a Anita su nieta. Un puñal al relato de Ana Obregón.

Alessandro Lequio contra Anita, Telecinco
Alessandro Lequio contra Anita, Telecinco

Lequio: "Yo de este tema no hablo. Ni mu. ¿Que si de mi herencia le tocaría algo a la niña? No. No es la hija de mi hijo, es hija de Ana, así que no le tocaría nada. Me he informado muy bien".  Solo con una frase destroza a su exmujer, Ana Obregón. Una cosa es hacer la vista gorda ante el relato que la niña es hija de Aless Lequio, cosa que no consta legalmente en ningún sitio. La niña es legalmente hija de Ana Obregón. Pero biológicamente es la nieta de la actriz y del colaborador de Ana Rosa. ¿Por qué Lequio no siente a la niña como sangre de su sangre? Porque no es una cuestión de ADN sino de voluntad. Lequio no niega que Anita haya sido engendrada contra la voluntad de su hijo muerto pero con su actitud da a entender que es así, que el chico no quiso tener una hija post-mortem que quedara atendida por una mujer soltera de 73 años. ¿Qué dice la ley sobre la herencia de Lequio?

Anita bajo una gran foto de su padre biológico, Instagram
Anita bajo una gran foto de su padre biológico, Instagram

Para el Día de Padre Ana Obregón colgó la foto de la pequeña Anita en el salón de casa bajo una gran foto de su padre biológico. No es difícil imaginar que la actriz le ha explicado a la niña quién es su padre, este chico de la foto que sonríe con su perro. El embrollo del relato es considerable y Lequio padre ha preferido mantenerse al margen. La ley está de su parte. En el testamento, Lequio puede dejar su patrimonio a quien quiera pero con la obligación de dejar una parte, la legítima, a sus hijos. Lequio tiene tres con tres mujeres diferentes: Clemente, Aless y la pequeña Ginevra. La legítima se dividiría en tres partes para los tres hijos y si uno de ellos muere, como es el caso, su parte de legítima correspondería a sus descendientes. Por lo tanto, un tercio de la legítima del abuelo Lequio correspondería a Anita si fuera legalmente hija del difunto Aless. Pero no es así. Legalmente, Anita no es familiar de Lequio sino de Ana Obregón y sus abogados lo han asesorado bien: ni un euro del testamento de Alessandro Lequio corresponde a Anita.

Única foto existente de los 3 hijos de Lequio, Instagram
Única foto existente de los 3 hijos de Lequio, Instagram

Ana Obregón ha querido quitar hierro a la contundencia del padre de su hijo muerto dándole la razón: "Joaquín Prat le ha preguntado si su herencia le llegaría también a Anita, a lo que ha respondido la verdad: Anita es mi hija adoptiva, aunque biológicamente es hija de Aless. En términos legales tiene razón, no es hija de Aless legalmente, pero en absoluto estaba hablando de la realidad, que es la hija biológica de Aless. "Alessandro y yo tenemos buena relación, hablamos muchísimo. Se interesa por la niña y ha estado a mi lado en todo el proceso". Aquí hay dos realidades paralelas, la de la abuela de la niña que lo vive todo como una salvación, y la del abuelo de la niña que lo ve todo con distancia, tristeza y cierta amargura.