El informe de Amnistía Internacional sobre la sentencia del Procés ha tardado en llegar, pero ya lo tenemos. Y no tengan ninguna duda: lo que dice sobre las condenas no gusta nada al españolismo (aunque podía haber ido mucho más lejos, y 'montar un pollo' que ni Arrimadas). Mira por dónde, el organismo censura al estado español por lo que le está haciendo a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, pidiendo su liberación inmediata. También le acusa, entre otras cosas, de querer aterrar a la sociedad catalana que se manifiesta en las calles. Vaya, lo que reclaman millones de personas, pero expresado por un ente hipotéticamente neutral. Hipotéticamente, claro está, porque el escozor unionista por lo que afirma AI produce el contagio de una enfermedad casi mortal: el virus pecaminoso del independentismo, la plaga de nuestros días. Plaga bíblica, podríamos decir, ya que uno de los medios que señala con el dedo a cualquiera que ose hablar de las conclusiones es la radio de la Conferencia Episcopal, la COPE.

Informe Amnistía Internacional Marina Fernández

Y una de las señaladas es la actriz y directora Leticia Dolera. Ella reúne todos los criterios que la convierten en diana de ataques rancios y casposos: catalana, mujer, feminista militante y de izquierdas. Un win-win sobre el que lanzarse a la yugular, especialmente después de que la barcelonesa compartiera una pregunta tan sencilla como contundente: "Y ahora, ¿qué?" mientras retuiteaba el contenido del informe. 3 palabras que son suficientes para ingresarla en el pabellón de los enfermos separatistas, primero en redes y más tarde por prescripción la emisora de Carlos Herrera, que aseguraba que Dolera, de amarillo riguroso, estaba "K.O.". Leticia será muchas cosas, pero de saco de boxeo no tiene ni un pelo. Y su reacción fue un uppercut tuitero de pesos pesados. "Ni tuit pro-independentista ni K.O: salgo de yoga. ¿La noticía cúal es?"

Leticia Dolera @leticiadoleraoficial

Cuestionarse la realidad y ser crítico = demonio antiespañol. Es verdad, no hay noticia. Sólo constatar que "Roma no paga traidores". A Dios rogando, y con el mazo dando. El mazo de Marchena, claro está.