Con mucha... marchaaaaa. Si el lector no sabe qué significa este mantra es que no sufrió la TV infantil de los 90 presentada por Leticia Sabater. La presentadora catalana de 53 años goza de ausencia de vergüenza ajena. Sabater, de apellido muy catalán, se ha pasado a la literatura, en sentido amplio, y presenta un libro: Lety la Horrible y el internado diabólico. Entrevistada por el digital LOC saca pecho, y abdominales, por su condición de catalana pero no para defender a los presos políticos o el derecho a decidir. Lo hace para decir que los catalanes son tacaños.
LOC pregunta a la escritora si es rica y ella responde que es catalana y por lo tanto tacaña. Como no esnifa cocaína se ha hecho un rinconcito: "No tengo adicciones ni caprichos demasiado caros y como buena catalana siempre he vivido bien y he gastado, pero con medida. He invertido bien el dinero y vivo en una chalé que vale un millón de euros. Mira, lo tengo todo pensado: vendo el chalé y con ese dinero me compro apartamentos para alquilar cerca de las universidades. Ese es mi plan de jubilación". Ahorradora y ultraoperada.
Los comentarios a la entrevista son crueles contra la catalana: "patética, trastornada, vizcondesa...". Catalunya tenía a Carles Sabater y Dolors Sabater en el imaginario de catalanes ilustres. Faltaba ella, Leticia Sabater, que concluye: "No pretendo el Pullitzer, mis fans me mandan fotos de penes".