El mundo de los artistas y los famosos cada vez se está volviendo más extraño y complejo. Mientras que pocos buscan destacar por su talento musical, muchos otros tienen una carrera apoteósica para ver a quien puede llamar más la atención. La cara dura de algunos tumba, en muchas ocasiones, el talento de otros y así con todo. Una de las personalidades con más controversia de los últimos tiempos ha sido Leticia Sabater. No hay verano que algún pueblo perdido de la mano de Dios no pueda disfrutar de las suyas antiestéticas y estremecedoras actuaciones. Sin palabras. Sus virtudes la han dejado de lado y su afán de protagonismo le ha comido la tostada. A la cantante le da igual dejar al público sorprendido y, sea bueno o malo, sabe que su paso vaya donde vaya dejará marca. Rubia, con bañador y luciendo abdominales, cualquiera que lo escuchara diría que la escena promete.
Una de sus principales virtudes es su versatilidad ante todas las situaciones que se le presentan. Fiestas Mayores, bodas, cenas... Le da igual. Ella va y se vuelve el alma de la fiesta. Su repertorio se basa en un puñado de canciones inventadas por ella y un listado de versiones de diferentes canciones españolas que han triunfado durante el año. La canción del verano se convierte en una pesadilla para todos aquellos que están cansados de escucharla. Sus mejores hits tienen nombres inéditos y únicos: Toma Pepinazo, Trínchame el pavo, La Salchipapa o El Polvorron son algunas de sus piezas "artísticas" más reconocidas. Las sinfonías de Beethoven o las canciones de Serrat no le llegan a la suela de los zapatos a la protagonista de Papá Nöel lléname el tanke. Con desafinadas constantes y bailes para aguantar la respiración, literalmente, la protagonista tendría que tener un cartel de no apta para todos los públicos. En su última intervención ha ido a acertar el tiro siendo la protagonista de una residencia de ancianos de Zaragoza.
Sí, sí, tal y como lo oís. El último show de la cantante lo ha protagonizado haciendo de animadora en una residencia. Era inevitable que la red no se llenara de vídeos haciendo una recopilación de highlights de su actuación. Si había alguna persona de la residencia que no la conociera, ella misma se presentó. Con un bañador embutido de color azul eléctrico, gafas de sol y un ritmo que podía romper alguna prótesis si se lo propusiera, maravilló a todos los abuelos de la residencia. Después de cantar Nochenentera, uno de los hits que intenta entonar habitualmente en sus conciertos, Leticia Sabater fue preguntando a sus experimentados espectadores sobre su actuación. "Ay madre mía, casi me desmayo" fue la respuesta de una de las abuelas que definió su actuación a la perfección. Alguna otra, emocionada y con los ojos llorosos. La cantante, a pesar de la edad, no se cortó e hizo subir las pulsaciones a algún asistente: "Esto es exclusividad solo para ti eh...".
Contactar con Leticia Sabater para un concierto te asegura al menos dos cosas, show y azar. Su versatilidad la hace imprevisible y no sabes nunca de dónde puede salir. En este caso, ha triunfado en una residencia de ancianos y entre dentaduras, prótesis y sillas de ruedas, la señora ha sido la reina de la fiesta. Eso sí, quizás alguno de ellos se habrá tenido que bajar el sonotone porque las cuerdas vocales le han fallado en alguna de las canciones. Sus actuaciones son gloria bendita por las redes sociales y ella disfruta viéndose entre los titulares. Una vez más, a Leticia no le importa quién hay en el público, su discografía triunfa por su propio pie. Seguro que los abuelos de la residencia no volverán a repetir en un momento de lucidez la famosa frase de: "la música de antes no es como la de ahora".