La Reina Letizia ha abandonado la cuarentena y según la prensa cortesana, se ha reincorporado "al trabajo". El resto del mundo, que vivimos sin la venda en los ojos, tenemos más complicado definir eso que hacen los monarcas españoles. En el caso de Telecinco, la actitud aduladora y pelota llega a cotas de alpinismo extremo, dedicándole piezas vergonzantes en algunos de sus programas. Es el caso de Socialité, la mala copia del desaparecido Cazamariposas, y que tiene al frente a una María Patiñó petulante, creída y haciendo genuflexiones como una contorsionista de circo. Así han explicado la reincorporación de Letizia a su rutina diaria, haciendo énfasis en el terrorífico confinamiento que ha sufrido después de haber mantenido contacto con su amiga, la vicepresidenta Irene Montero, contagiada por el coronavirus.

Letizia Irene Montero EFE

La exrepublicana conversa ha pasado un calvario en el Pabellón del Príncipe, una mansión cercana al Palacio de la Zarzuela de 1800 metros cuadrados, y en la que la habitación de matrimonio de Felipe y Letizia tiene ni más ni menos que "110 metros cuadrados, con dos baños y dos vestidores". Allí ha estado aislada, sin mantener contacto con las chiquillas ni el marido (exceptuando el skype, como el resto de sus súbditos) y con la única visita de un enfermero. Quizás ha sido este sanitario de uso exclusivo quien le habría aplicado los supuestos retoques de bótox que luce en el rostro. Un drama máximo, desgarrador, inhumano. El de Telecinco, no el de la Reina, claro está. La red no da crédito.

Letizia confinada Socialité Telecinco

María Patiño Socialité Telecinco

Letizia @casareal

Después de la tortura, Letizia vuelve 'al tajo' como unas castañuelas... a hacer videoconferencias. He ahí, eso sí, que con el paro de los servicios no esenciales no la vuelvan a meter en su jaula de oro. Patiño ya estará ideando una nueva fábula para blanquear la monarquía española.