Tras 16 meses de parón marcados por la pandemia del coronavirus, Felipe y Letizia han retomado su agenda oficial de compromisos fuera de las fronteras de España. El hijo de Juan Carlos y su mujer se han trasladado hasta el país vecino, Andorra, en lo que supone su primer viaje internacional. Una escapada, repleta de actividades, que está dando mucho que hablar. Especialmente por la actitud de Letizia, analizada con lupa. Un comportamiento que la noche del jueves 25 de marzo, cuando se celebró una cena oficial en el hotel Andorra Park, resultó muy llamativo. ¿Por qué?
Para la ocasión Letizia se enfundó en un atrevido corsé color maquillaje con plumas en la parte del pecho, con el que dejó al descubierto sus musculosos hombros, bíceps y tríceps. Pues la mujer de Felipe está obsesionada con llevar una vida sana. Motivo por el que sigue una dieta baja en grasas y en ningún momento ingiere gota de alcohol. No fuera ser que subiera de peso. Una radical actitud con la bebida que vuelve a estar en boca de todo el mundo. El motivo no es otro que el comportamiento que tuvo Letizia en los dos brindis que se celebraron durante la cena oficial que se celebró en su honor. Pues la que fuera periodista, saltándose el protocolo, ni se acercó la copa a la boca, ni mucho menos se mojó los labios. Tenemos un vídeo que lo demuestra. A partir del minuto 03.50.
Tal es la manía que Letizia tiene al alcohol que ni tan solo hace el gesto de quitarse la mascarilla FFP2 color blanco que luce para protegerse del coronavirus. Una mascarilla que nada más terminar el brindis, se señala con la mano y dice a Felipe: "No puedo". De esta manera se justifica por no llevarse la copa a la boca y tampoco probar el vino blanco que le han servido. Un comportamiento, de cara a la galería, que dista mucho con el que el fallecido Carlos García Calvo recogió en su libro, Letizia de la A a la Z. "Las lenguas anabolenas aseguran que sí lo hace en privado y que entiende mucho de vino". ¿Se estaba reservando Letizia las ganas de beber para cuando regresara al hotel? Quizá con el vino le pasa como a mucha gente con las patatas Pringles. Cuando hace pop, ya no hay stop.