Desde que Letizia se convirtió en reina cuida mucho su aspecto físico y la imagen que proyecta al mundo. Todas sus asistencias a actos públicos son analizadas con lupa, tanto su forma física como sus estilismos. No puede pasar por alto ningún detalle. Eso comporta una gran presión y situaciones de estrés y ansiedad. A día de hoy la mujer de Felipe VI es una de las reinas mejor valoradas. Ha apostado por la sencillez y ha cautivado a millones de personas. Sin embargo, Letizia no deja de ser una persona como cualquier otra. Años atrás, cuando era estudiante hacía nudismo y autostop por las playas de la Costa Brava. Incluso fumaba. Su juventud había sido algo alocada. Así nos lo han contado en numerosas ocasiones dos expertos en Casa Real, Jaime Peñafiel y Pilar Eyre.

"La ahora reina, vendía tabaco en las calles de México cuando estaba allí haciendo su tesis doctoral. ¿Para qué? Como todo joven, para juntar dinero y poder irse de fiesta con amigos", cuentan las crónicas. También recuerdan su relación con un profesor de universidad con el que se casó y se divorció poco antes de conocer a Felipe VI.

Letizia EFE
Letizia EFE

La vida de rebeldía de Letizia en su juventud 

Pilar Eyre contó que la reina Letizia visitaba en muchas ocasiones Barcelona porque su hermana se encontraba allí. Por este motivo “aprendió a hablar catalán”. “Letizia habla bien en catalán porque ella disfrutaba los veranos en esta comunidad autónoma mientras su hermana vivía aquí. De hecho, aprendió el idioma haciendo autostop para ir de playa en playa". De esta época la periodista asegura además que Ortiz llevaba una “vida sexual ajetreada en algunos campings”.

Letizia corte de pelo EFE
Letizia corte de pelo EFE

Y hay mucho más porque aunque ella lo intente ocultar, se ha destapado que la reina Letizia se llegó a hacer un tatuaje en su juventud. “Se hizo un tatuaje en un lugar oculto”. No se ha desvelado en que zona se encuentra, ni tampoco se ha visto. Parece que eligió un tatuaje muy discreto, y que incluso a día de hoy podría haber borrado. Los tatuajes no son bien vistos en ninguna corona, pero en aquella alocada época ella no esperaba convertirse en reina. Se desconoce que sucedió con ese misterioso tatuaje y que decisión tomó la reina al respecto. Ni tan siquiera que decidió tatuarse. Solo lo sabe Felipe VI.