El año 2020 fue un punto de inflexión para muchas personas por diversos motivos, si bien todos afrontamos una pandemia mundial que nos mantuvo en nuestros hogares por un tiempo, cada realidad tenía sus particularidades. Se convirtió en un año de autodescubrimiento para muchos, de transformación incluso, como le pasó a Adele, la artista británica que en dicho año dio un giro de 180 grados, convirtiéndose en una versión completamente renovada de sí misma.
Varios motivos podían existir para que Adele decidiera dar el paso, aunque siempre fue una artista halagada por su talento y criticada fuertemente por su físico. No tenía el cuerpo que se esperaría de una artista de talla internacional, y este es un elemento constante en su vida, pero no alcanzaba a detonar ese cambio.
Adele agradece su nueva “yo” a un libro
Los seres humanos podemos llegar a ser bastante complejos cuando se trata de los sentimientos, resulta curioso e incluso interesante el cómo todos requerimos de estímulos diferentes o razones tan dispares para llegar a un mismo fin. La fórmula del éxito no es constante para cada persona y puede requerir más o menos pasos. En el caso de Adele, el último empujón que necesitaba era un libro de autoayuda del cual se ha dedicado a hablar muy bien e incluso recomendado a sus fans.
El libro en cuestión se llama “Untamed: Stop Pleasing, Start Living” de la autora Glennon Doyle, un libro que Adele asegura “sacudirá tu cerebro y hará gritar tu alma” si es que estás listo para recibir lo que el libro tiene para compartir. La artista se desvive en halagos respecto al libro resaltando sus casi milagrosas virtudes, “toma este libro y ten un rotulador a la mano porque querrás tomar notas para volver a consultarlo”, aseguraba Adele.
Creas lo que la cantante británica dice respecto al libro o no, no se puede negar que el cambio que ha tenido Adele antes y después de 2020 es simplemente inmenso, empezando por lo físico, donde habría perdido más de 45 kilos, adelgazando mucho su figura y adquiriendo un nuevo físico que tiraba al suelo las mandíbulas de aquellos que le criticaban en primer lugar.
La meta de Adele no era perder peso, era fortalecerse física y mentalmente
Curiosamente, la cantante expresó que para lograr perder tanto peso realmente no se mentalizó con ese objetivo, haber adelgazado fue un efecto “secundario”, partiendo desde la base de que el deporte reducía su ansiedad, el estar realizando alguna actividad le ayudaba enormemente a afrontar sus momentos más duros. Seguía una filosofía bastante particular, pensó que si lograba hacer su cuerpo lo suficientemente fuerte y que ella fuera capaz de notar dicho cambio, entonces llegaría un punto en el que lograría que su mente y sus emociones se vuelvan igual de fuertes. Los ejercicios iban acompañados de mucho trabajo mental, como declaró a la revista Vogue, pero al final todo contribuyó para llegar a la Adele que conocemos a día de hoy.