El tour de Ignacio Garriga por los medios de comunicación sigue provocando indignación a los espectadores y oyentes catalanes que no entienden que se le sigan dando minutos de televisión y de radio a personajes como estos, por mucho que la LOREG española lo diga. El candidato del partido ultra a las elecciones catalanas ha visitado El món a RAC1 de Jordi Basté, El matí de Catalunya Ràdio de Laura Rosel y este miércoles, el plató de Els Matins, con Lídia Heredia.
El programa ha hecho lo que toca por ley. La clave es que cuando personas como Garriga empiezan a esparcir basura, su interlocutor les pare los pies y les ponga en su sitio. Y eso es lo que ha pasado. Compadecemos a la maravillosa Lídia Heredia. Por su cargo ha tenido que soportar a menudo las meaditas de algunos invitados que se le han sentado en frente con tono de perdonavidas y amenazador, especialmente con respecto a la casa en la cual ella trabaja. Inés Arrimadas, Albert Rivera, Cayetana Álvarez de Toledo... y ahora, el representante de Vox.
Empieza Heredia parando los pies a Garriga con preguntas que lo dejaban desarmado: "Las instituciones catalanas están gobernadas por los resultados de unas urnas. ¿No es partidario de este sistema"?. Y Garriga, saliéndose por la tangente: "Respeto que haya personas que aman más a su patria chica que a la grande, pero hay instituciones que llevan décadas con sus delirios ideológicos". Entran a hablar de Mataró. Garriga: "Decir que en Mataró, el 0,2% de la inmigración ilegal asume el 93% de los delitos no es delito de odio...". Heredia lo corta y le suelta un demoledor: "Ni el ¡Instituto Nacional de estadística, ni el Ayuntamiento de Mataró ni La Vanguardia reconocen los datos que Ustedes utilizan. ¿Por lo tanto, Por qué se inventan estos datos? Tendrán que volver a hablar con el instituto de estadística o el ayuntamiento de Mataró". Garriga balbucea un poco creíble: "los datos son interpretables depende de como se planteen".
Más. El candidato de Vox se pone a la ofensiva: "Venimos a recuperar la libertad que nos han arrebatado durante décadas en Catalunya. Usted me ha estado fiscalizando y criminalizando durante su intervención sobre la inmigración". Heredia, serena y tranquila, le lanza: "Yo no criminalizo, pregunto". Y le pregunta, por ejemplo, por la abyecta carta de los exmilitares a Felipe. Pero Garriga hace un eso no toca: "No voy a entrar en estos debates que solo pretenden alejar la realidad a los catalanes. ¿La gente este preocupado por los chats del ejercito? Perdemos el tiempo".
¿"El diálogo político es un instrumento para hacer política"? pregunta Heredia. Y el invitado, volviendo con el sonsonete: "Sí, pero no con aquellos que nos lanzan piedras, nos insultan, nos lanzan huevos y quieren romper la constitución". Y, evidentemente, no podía faltar el habitual ataque a TV3 y las amenazas chulopiscinescas: "Voy a cerrar esta casa, porque es un ejemplo de manipulación y de generar odio, que insulta a la tercera fuerza política nacional. Si reduzco la cantidad millonaria destinada a TV3 y a la mal llamada 'normalización lingüística' y cierro esta casa, puedo recortar, por ejemplo, en listas de espera en sanidad. ¿'España nos roba'? No, nos roba el separatismo".
Heredia, muy acostumbrada a amenazas como esta, ha seguido haciendo lo que hace de manera sublime: obviar estupideces y preguntar. Quedémonos con esta pregunta: "No se está expresando con libertad hoy"?. "Sí, absolutamente". No hace falta añadir nada más.