Hubo un tiempo en el que Joan Laporta y Sandro Rosell eran uña y carne, cuando el primero llegó a la presidencia del Barça y Rosell era uno de los hombres fuertes de su equipo.
Después, como ya es sabido, la cosa se torció de mala manera. Tuvo mucho que ver cuando, siendo Rosell presidente, impulsó la acción de responsabilidad contra su examigo y anterior presidente azulgrana y contra su directiva: "Yo no impulsé la acción de responsabilidad, me obligó la ley del deporte. Si la ley me obligara ahora, lo volvería a hacer. Me sabe mal lo que pasó después con los directivos". Es una de las muchas frases que ha dejado la magnífica entrevista que le ha hecho Jordi Basté a Sandro Rosell en El món a RAC1 con motivo del libro que sale hoy a la venta, Un fuerte abrazo, sobre los 643 días que se pasó Rosell en prisión preventiva.
Una conversación donde Rosell se ha explayado sobre su injusto paso por la prisión, como quedó demostrado, o sobre la independencia de Catalunya. Pero sin duda, uno de los temas que despertaba más curiosidad era el que hacía referencia a la relación entre él y Laporta. Y Rosell ha confesado que fue Laporta quien dio el paso de llamarle una vez salió de la prisión. Llamada que hizo después de hacer otro gesto elogiable: "Laporta escribió un tuit diciendo que por fin se había hecho justicia", recuerda Basté.
Ya era hora que la jueza dictara la libertad condicional que libera a @sandrorosell de una prisión preventiva desproporcionadamente injusta.
— Joan Laporta Estruch���� (@JoanLaportaFCB) February 27, 2019
Me alegro para|por él y su familia.
"Me llamó y hablamos, sí... Muy bien el Jan. Mucho rato", confirma Rosell. ¿"Os habéis visto, después?" pregunta Basté. "Sí, nos vimos". ¿"Ha empezado una especie de reconciliación"?, quiere saber el periodista. "Eso no lo sé... Cuando me llamó, supongo que no le molestará que lo diga, le dije: ¡'Òstia, Jan! Sinceramente, yo no te hubiera llamado a ti. Y la verdad, me encanta que tú me hayas llamado a mí. Lo que pasa es que será muy difícil que volvamos a tener la relación, porque tú has rajado mucho de mí y yo de ti", reconoce Rosell. Pero nuevamente, Laporta tuvo un gesto de calor con sus palabras: "Sí, ya lo sé. Pero también hicimos una cosa muy chula en el 2003". Rosell recordando también que "fue muy bonito, estamos orgullosos de que aquel año hubo un cambio de ciclo brutal dentro del club".
Quedémonos con la reflexión final de Basté: "El momento de las reconciliaciones, con gente que has querido y después os habéis odiado, son magníficos. ¿Después cuesta, eh? Pero, pero, pero...". Veremos si estos pero significan que algún día, Joan Laporta y Sandro Rosell vuelvan a ser Jan i Sandrusco.