Al igual que David Bisbal, llegó a llenar estadios en la primera década de los 2000. Pero como muchos artistas que no supieron gestionar su éxito, se refugió en las drogas o el alcohol. Hablamos de Tiziano Ferro, una historia de superación con final feliz, pero con momentos muy duros en el camino.
La vida de Tiziano Ferro no fue fácil desde sus primeros años. Nacido en 1980, sufrió bullying en la escuela debido a su apariencia física. En una entrevista para 'Il Corriere Della Sera', Ferro reveló los constantes insultos y humillaciones que recibía de sus compañeros. “Nunca fui el primero de la clase. Era un nadie, nada guapo, nada atlético y tímido. Los chicos me decían 'gordo', 'marica' y 'perdedor'. Siempre estaba esperando que alguien interviniera para defenderme, pero nunca sucedió. Viví perpetuamente frustrado, cabreado y hasta humillado”. También confesó haber tenido problemas de peso y haber padecido bulimia, dificultades que no desaparecieron en su adolescencia cuando llegó a pesar 111 kilos. “Ese peso significó mucho en mi vida. Sólo pensaba en la comida, quizá por la falta de amor, de comprensión y de afecto”, dijo para el diario ABC.
Tiziano Ferro se refugia en el alcohol
Sin embargo, la música cambió su vida y le brindó fama internacional. Su primer álbum 'Rosso Relativo', lanzado en octubre de 2001, y el sencillo 'Perdona', publicado en 2002, lo catapultaron al éxito absoluto. Ferro encontró en la música una vía de expresión en la que se sentía cómodo y en la que podía ser él mismo.
Pero gestionar ese éxito repentino no fue sencillo para Tiziano Ferro, especialmente cuando su vida privada se convirtió en objeto de interés público. En una época en la que la homosexualidad no estaba tan normalizada, sus representantes le aconsejaron ocultar su orientación sexual y aparentar ser heterosexual. Esto lo llevó a rodearse de mujeres en sus videoclips e incluso a mostrarse en público con chicas.
Le costó, pero logró levantar cabeza
Ante esta situación, Ferro encontró refugio en el alcohol. Empezó a beber de forma desmedida, buscando en el alcohol una manera de evadirse del dolor y la tristeza que sentía. El cantante admitió que llegó a actuar en estado de embriaguez y que el alcohol se convirtió en su vía de escape, mmientras incrementaban sus deseos de morir. “Una noche, la banda me convenció a beber. Y a partir de ahí no paré. Casi siempre bebía solo, porque el alcohol me daba fuerzas para no pensar en el dolor y la tristeza, pero me hacía querer morirme cada vez más”, explicaba el cantante.
Sin embargo, la historia de Tiziano Ferro tuvo un giro positivo cuando finalmente decidió salir del armario. “Llegué a la conclusión de que quería vivir esa parte de mí, dejar de considerarla 'un monstruo' y comprendí que necesitaba tomar el control de una serie de cosas: desde el exilio forzado de los amigos, la relación con mi trabajo y el hecho de hablar de mi homosexualidad. Ahora quiero vivir mejor”. En la actualidad vive apartado de la música y centrado en cumplir uno de sus sueños: formar una familia.