Fue un gran artista a nivel internacional, pero ahora prácticamente nadie sabe nada de él. El gran olvidado. Llenaba estadios como David Bisbal, pero ha arruinado toda su carrera por sus problemas con el alcohol. Hablamos de Tiziano Ferro. El italiano presentó su primer disco en octubre de 2001, Rosso Relativo en Italia, era casi un completo desconocido, no obstante en tan solo unas semanas vendió más de un millón de copias. Lo mismo sucedió cuando lanzó su primer single en español. Sin ir más lejos, Perdona fue la canción más escuchada en España el día 7 de septiembre de 2002. Tan solo unos meses después ‘Alucinando’ se convirtió en una de las canciones favoritas en España.
Tiziano alcanzó el número uno en México y Chile, y el intérprete llegó a la categoría de artista internacional. Sin embargo, vivió la parte más oscura de la fama. El cantante no supo gestionar este éxito y acabó en una profunda depresión. La manejó con grandes dosis de alcohol.
Ferro cuenta su dura historia
El artista nació en 1980 a 60 kilómetros de Roma y, desde pequeño, estuvo destinado a ser una estrella. No obstante, le costó darse cuenta porque en el colegio sufrió bullying. "Nunca fui el primero de la clase. Era un nadie, nada guapo, nada atlético y tímido. Los chicos me decían 'gordo', 'marica' y 'perdedor'. Siempre estaba esperando que alguien interviniera para defenderme, pero nunca sucedió. Viví perpetuamente frustrado, cabreado y hasta humillado", dijo el año pasado, en una entrevista con Il Corriere Della Sera, donde además habló sobre sus problemas con el peso, que lo llevaron a sufrir de bulimia.
A los 18 años llegó a pesar 111 kilos. "Ese peso significó mucho en mi vida. Sólo pensaba en la comida, quizá por la falta de amor, de comprensión y de afecto", comentó, en 2003, al ABC. Su vida dio un giro radical cuando empezó a centrarse en su talento. "Cuando empecé con el canto, el mundo cambió... Y la música se convirtió en lo más importante, en un canal para expresarme en un mundo en el que no me reconocía", manifestó, en 2020.
Cuando empezó a hacerse famoso su vida privada fue de especial interés y sus representantes quisieron que explotase una faceta heterosexual, por eso le grababan muchos vídeos rodeado de mujeres. Le obligaron a salir con mujeres, incluso no quisieron que saliese del armario. Empezó a refugiarse en el alcohol. "Una noche, la banda me convenció a beber. Y a partir de ahí no paré. Casi siempre bebía solo, porque el alcohol me daba fuerzas para no pensar en el dolor y la tristeza, pero me hacía querer morirme cada vez más", relató, recientemente, al reconocer que se subió a muchos escenarios borracho.
Su vida cambió cuando decidió hacer pública su sexualidad. ”A finales del año pasado llegué a la conclusión de que quería vivir esa parte de mí, dejar de considerarla 'un monstruo' y comprendí que necesitaba tomar el control de una serie de cosas: desde el exilio forzado de los amigos, la relación con mi trabajo y el hecho de hablar de mi homosexualidad. Ahora quiero vivir mejor", mencionó.
Desde entonces Tiziano Ferro parece haber aparcado su carrera discográfico. Está centrado en uno de sus mayores deseos, formar una familia.