Lluís Pasqual ha dirigido el Teatro Lliure con éxito para muchos y mano de hierro para algunos. El incidente con la actriz Andrea Ros que lamentó que el director fuera duro con ella a los ensayos desembocó en la dimisión de Pasqual. Ahora el director ha concedido una entrevista al diario El País donde asume que si él fuera independentista nada de aquello le habría pasado: "No creo que el independentismo se me haya cargado. Sí pienso que, si yo hubiera sido independentista, no me habría pasado absolutamente nada. Dejé vender y poner lazos amarillos en el Teatre Lliure de Gràcia, no tengo ningún problema con eso". Algunos rumores sostenían que Lluís Pasqual no fue proactivo con poner lazos amarillos en el Lliure y eso sería mal visto por las instituciones catalanas.
Pasqual ajusta las cuentas meses después de su sonada salida: No sé si me la tenían jurada. Sí sé que mis dos últimos años en el Lliure me han supuesto 10 veces más de energía gastada que lo que normalmente me hubiera costado. Todo era mucho más difícil".. Señala indirectamente las instituciones públicas de complicarle la dirección del segundo teatro público del país después del TNC.
El director acaba señalando directamente las autoridades: Sentí que no tenía ningún apoyo. Y es inútil continuar en un sitio contaminado y sin la confianza de los que gestionan. En el Lliure me sentí libre hasta el penúltimo minuto. Y en el último me sentí acosado. Así que pudiendo elegir, elijo la libertad de hacer lo que quiera". Hacer lo que quiere en el cargo y abandonando el cargo. El gremio ha diagnosticado que las maneras de Pasqual al frente del teatro eran de la vieja escuela y que según qué actitudes ahora ya no son admisibles. Quien ha destacado su titular de la entrevista es uno d elos catalanes que escribe en él:
Lluís Pasqual despeja cualquier duda sobre las causas de su salida del Teatre Lliure: “Los políticos catalanes se han convertido en agitadores que han sacado las pulsiones más irracionales de la gente. Y eso es irresponsable“. https://t.co/D1ZAb20VmU via @elpaissemanal
— Lluís Bassets (@lbassets) 8 de desembre de 2018
El mal genio de Pasqual con sus subordinados también es culpa del independentismo.