TV3 es una gran familia donde cualquiera de los temas que aborda un Telediario lo sufre, de cerca o de lejos, alguno de los profesionales de la casa. Podría hacerse un programa de testimonios solo con las vidas de los VIPS de TV3. Enamorarse después de quedar viuda, caso de Cristina Riba, sufrir la muerte de un hijo, caso de Jordi Llompart, o ahora sufrir ELA, la terrible enfermedad degenerativa, caso del reportero de Telediario Lluís Pujol. Muchos recuerdan su fisonomía, rapado al cero, delgado y muy profesional, enviado especial a muchos rincones donde está la noticia. Hace siete años le diagnosticaron de esclerosis lateral amiotrófica y está de excedencia. Trabajó hasta que no pudo más, en enero de 2020. Ha vuelto a su casa no a trabajar sino a poner cara a este drama y a la nueva ley del Congreso que quiere mejorar la vida de las personas que sufren ELA. Le diagnosticaron la enfermedad a los 43 años, siguió trabajando en TV3 hasta los 46. Ahora tiene 50 años. Así era y así es Lluís Pujol:
Ariadna Oltra estaba contenida, conmovida en su hieratismo, conduciendo una entrevista muy delicada. Por tratarse de un compañero de TV3 y por las dificultades del entrevistado en expresarse. Lluís Pujol tiene un hilo de voz, pero tanta determinación que se lo entendía muy bien. Su testimonio hiela la sangre: "Soy periodista en excedencia, y ahora pensionista. Quise seguir trabajando para sentirme vivo. Ahora me siento vivo, pero echo de menos hacer alguna cosa útil en la vida. Yo no he sido como Juan Carlos Unzué, pero quiero agradecerle su lucha para conseguir la ley. Es importante que se nos escuche. Cada enfermo es diferente, con necesidades diferentes. El discurso no puede ser homogéneo. Mi caso es excepcional, de progresión lenta. Me empezó por las extremidades y ahora ya me afecta al aparato respiratorio y cuando hablo me falta el aire. Los enfermos que tienen la mala suerte de que la enfermedad les empieza por el aparato respiratorio el problema es peor. Ahora soy totalmente dependiente. No me puedo vestir, no puedo comer solo, no puedo caminar solo, la higiene intento hacerlo yo pero cada vez me es más difícil, y de momento lo que no tengo son cuidadores externos. Me cuidan mi mujer, mi madre y mis hijos cuando pueden. Tengo 50 años". Es muy difícil ver el vídeo, oír el audio y no llorar.
A Lluís lo tratan en el Hospital de Bellvitge: "Hace falta que la ley acabe dotada de un presupuesto suficiente para que estén cuidadores las horas que haga falta para la gente que lo necesita. Y hacen falta médicos que sepan diagnosticarla con rapidez y eficacia. Por suerte en Barcelona podemos estar satisfechos porque hay unidades especializadas de ELA multidisciplinares que hacen muy buen trabajo. En muchos lugares de España no lo tienen. Y fuera de Barcelona dentro de Catalunya no están como aquí". Solo tiene un consejo: "Disfruten la vida al máximo cada día. Yo ahora no dejo muchas cosas para el día siguiente, y son cosas prescindibles. No dejo de disfrutar el día, cada día. Trato de disfrutar día a día". No sigue la actualidad como antes, ahora lo hace en diagonal. Gasta el tiempo en otras cosas, pelis, series, leer, viajar con su mujer Sònia, olvidarse de la enfermedad... Ariadna Oltra, que se despide del invitado como no lo hace nunca, levantándose de la silla y dándole dos besos, osa hacer la pregunta: "¿Piensas en el final?".
Lluís Pujol responde sobre su final: "No concibo estar conectado a ninguna máquina para poder respirar ni que tenga que comer a través de una sonda gástrica. Cuando llegue, llegará. De momento quiero vivir cada día". Muy duro, muy digno, muy respetable. Se le entiende todo, cómo quiere no acabar. TV3 es más que una televisión por momentos como este. Y Lluís Pujol aunque esté en excedencia, es un comunicador enorme.