El 15 de junio nos sorprendía la noticia: muere un miembro del grupo de los años 90 Locomía. Lunes 16 de julio se repite el titular: aparece muerto otro miembro de Locomía. El primero, Santos Blanco, vivía en la semi-indigencia y ahora el segundo intérprete de los abanicos, Frank Romero, llevaba una vida más ordenada: era actor en Huelva. En su instagram aparecía interpretando obras clásicas o cantando, ya que no había abandonado la etapa musical. 

Locomía todavía actúa con el enésimo cuarteto de hombres jóvenes en faldas y abanicos, que recuerdan a sus predecesores con afecto. Ir colgando fotos de los muertos ofrece, sin embargo, una imagen inquietante:

Su representante informa de que el exLocomía ha muerto también muy joven, a los 46 años de edad, "por una enfermedad bacteriana". El grupo de ahora le recuerda así: El "azul verde mar" de sus ojos se han cerrado para brillar con aún más fuerza, en un cielo que hoy vuelve a extender su alfombra encarnada para recibir a todo un galán".

Las casualidades no gustan a twitter, que ven un destino maldito o algo peor: una conjura criminal:

El martes entierran al segundo integrante de un grupo musical de los más recordados por su parafernalia y estilismo. Hombres jóvenes que se van antes de tiempo con 30 días de diferencia. En periodismo las casualidades merecen una investigación. La policía no ve nada sospechoso pero twitter es lugar de las teorías de la conspiración, el alarmismo y el humor negro.