Lucía Etxebarría ha querido ser solidaria esta Navidad y lo que ha sido solidario ha sido el rechazo unánime hacia la escritora. Es lo que tiene querer ser excesivamente original a la hora de escribir tuits informando de tu día a día.
La noche del 24 al 25 de diciembre, Etxebarría ha participado en una acción solidaria para celebrar la Nochebuena. Una cena que Mensajeros de Paz ha organizado con el Padre Ángel en el Museo del Prado de Madrid. Una medida aplaudida, a priori, pero que se le ha girado en contra al ver el anuncio que ella hacía en las redes. Se la ve a ella en una foto en la sala donde se celebró la comida, mientras se estaban haciendo los preparativos de la cena. El punto conflictivo, sin embargo, lo encontramos en el texto que lo acompaña: "Hoy he tenido el honor de cenar con el Padre Ángel. He compartido mesa con siete personas sin recursos a los que no conocía de nada. Una situación en principio un poco incómoda (y encima sin alcohol) pero al final he hecho unos amigos y unas risas y he visto el mundo desde otro prisma. Uno de mis compañeros de mesa hoy duerme en un cajero".
La red se ha sulfurado especialmente por la frase que hace referencia a la incomodidad que le suponía, a priori, compartir mesa con personas sin recursos y a la mala elección de la frase "y encima sin alcohol", como si sólo 'fuera posible' charlar con estas personas sin techo con unas copas de más dentro del cuerpo que le distorsionen la realidad de tener que hablar con ellos. Un comentario que no se ha detenido a reflexionar unos segundos de más y que han transformado lo que antes eran elogios en escarnio absoluto:
No ha quedado aquí la cosa, hablando de lo que hacen estas personas sin recursos, y de los gustos que tienen, ha mencionado de uno de ellos que "Otro escribía poesías y dibujaba. Las poesías no son gran cosa. Los dibujos son muy buenos". ¿Hace falta decir que los poemas "no son gran cosa"? Sigue: "Pensé que sería un rollo "Plácido" de Berlanga, pero ha sido una experiencia muy enriquecedora". La película a la que hace referencia es un clásico de Berlanga donde una Nochebuena, en una pequeña ciudad de provincias española, una empresa patrocina una subasta a la que van artistas de Madrid para invitar a cenar a un pobre a casa de cada familia de ricos.
Lo que es triste es que la obra maestra del director de cine era una crítica feroz a la que Etxebarría parece que no se ha dado por aludida.