Justo hoy hace cien días de una de las imágenes más impagables que ha dado el mundo del fútbol los últimos años. La imagen de un jugador absolutamente desatado, borracho como una cuba, exultante después de proclamarse campeón de Europa con su equipo. Nadie como Jack Grealish representa mejor la euforia que supone ganar la Champions, y si no, que se lo pregunten al genial jugador inglés, que durante el desfile de celebración se bebió toda el agua del río Irwell... y alguna cosa de más graduación. Unas imágenes que difícilmente podremos borrar de la memoria.
La última foto es maravillosa. Esta noche, por fin, después de muchas semanas, volverá a sonar aquella musiquilla de "The Chaaaaaaaampioooooons!" en algunos estadios de Europa. Vuelve la máxima competición europea, empieza la Champions 2023-2024 para ver quién toma el relevo del Manchester City, flamante vencedor de la edición anterior, o si en cambio los de Pep Guardiola, máximos favoritos, vuelven a hacerse con la tan deseada orejona. Allí estará, esperemos, el Barça de Xavi Hernández, que empieza este martes en el Estadio Olímpico contra el Royal Antwerp su camino para revivir tiempos pasados mejores en la máxima competición. Los últimos años han sido para olvidar y ya hace ocho que no la ganan. Entonces, en el 2015, el entrenador era Luis Enrique, ahora en el PSG, otro de los aspirantes a ganarla, con Mbappé, Dembelé, Marco Asensio y compañía.
Veremos cómo le va al entrenador asturiano en su primer año en el equipo francés. De momento, les ha tocado el grupo de la muerte y este martes reciben en casa al Borussia de Dortmund. Para destensar y aligerar la presión del día a día en un club tan gigantesco como el PSG, el técnico, siempre que puede, hace una escapadita con su familia. Y ahora lo ha vuelto a hacer. Aprovechando que viven en París, él, su mujer y su hija Sira, con otras personas, probablemente de su familia, se han marchado a pasarlo bien a Eurodisney. Sira, después de visitar la Torre Eiffel en la ciudad de la luz, ha colgado una foto maravillosa, una de aquellas que te hacen en una atracción justo en el momento de más euforia/nervios/miedo/histeria, cuando estás arriba de todo o acabas de caer en picado. ¿En qué atracción? En la Tower Terror Twilight Zone, una caída libre desde 60 metros en ascensor, basada no tanto en una caída acelerada sino en el sistema hyper drop o eyector, que provoca aceleraciones verticales superiores a la aceleración de la gravedad terrestre.
Sensacional la mirada de susto de Luis Enrique, al lado de la risa nerviosa de su mujer y su hija, en la fila de atrás, con el resto de integrantes de la imagen con la mano en la boca. Una atracción que los que hemos subido acreditamos que vale la pena y que es toda una experiencia... Más allá del Barça, servidor tiene simpatía por Luis Enrique, genio y figura, como seguro que muchos otros culés, aunque el PSG nos cae bastante gordo. Veremos si este año el conjunto francés vuelve a tener otra caída libre en Europa similar a la de la Tower Terror.