Dentro de dos días, este sábado 23 de noviembre, hará justo 22 años de una de las imágenes más recordadas de la historia del Camp Nou. Aquel día había Clásico. Pero no uno cualquiera. Aquel día había un Barça-Real Madrid especial. Un partido entre culés y merengues con Luis Figo vistiendo la camiseta blanca. El portugués, que fichó por el máximo rival, traicionando los sentimientos culés, dos años antes, ya había jugado con el Madrid contra el Barça. De hecho, este era su tercer Clásico en este sentido, pero aquel día pasó una cosa que ha pasado a la historia. Un partido que se puede resumir en una imagen que dio la vuelta al mundo: la de la cabeza de cochinillo que lanzaron al césped desde las gradas.
Esta imagen icónica se llevó todo el protagonismo. Figo, en un equipo con Ronaldo, Zidane, Raúl o Roberto Carlos, fue el encargado de lanzar los córners, y en una esquina, a falta de quince minutos para el final, recibió la famosa cabeza y una botella de güisqui. Fue lo más destacado de un partido que acabó con empate a cero y que desde entonces se conoció como el 'Clásico de la cabeza de cochinillo'. Dos años atrás, sin embargo, hubo otro Clásico que también ha pasado a la historia. Esta vez, no por lo que tiraron, sino por lo que se oyó. Un Barça-Madrid que fue especial por un motivo destacado: este sí que fue el primer Barça-Madrid con Luis Figo vistiendo la camiseta blanca después de fichar por Florentino el verano del 2000.
El 21 de octubre del año 2000 se jugó el que se conoce como el 'Clásico más ruidoso de la historia'. Y es que es imposible olvidar el altísimo volumen de decibelios que hubo en el Camp Nou aquel día, una pitada descomunal. Antes y durante el partido, dedicada, of course, al portugués, que se puso los dedos en las orejas intentando reducir el efecto de la bronca, sin conseguirlo. Una pitada brutal, que hizo que incluso "hubo alguna vez que los jugadoras no escuchaban el silbato; pitabas y no se paraban", como recordaba al árbitro del partido, Pérez Burrull
Un partido que acabó con el resultado de 2 a 0, goles de Luis Enrique en el minuto 26' y de Simao en el 79'. Justamente el asturiano es una de las voces del quinto capítulo de una serie documental sensacional de TV3, El nou clam, conducida por el gran David Carabén. El programa, que aborda el nuevo clamor del Barça con motivo del 125.º aniversario del club, acercará este jueves por la noche otras cuestiones, como la rivalidad Barça-Madrid, el Barça de las Cinc Copes, o la Masia con Marc Casadó y Héctor Fort. Y sobre la rivalidad, quién mejor que Luis Enrique, que ha vivido Clásicos a ambos lados, aunque siempre ha dicho que es culé ("Me veo en los cromos vestido de blanco y sigo sin reconocerme"). El ahora técnico del PSG recuerda el partido con más ambiente vivido en el Camp Nou, "y jugué 8 años", y justamente es el retorno de Figo vestido de blanco.
"Figo era un hermano para nosotros, pero un hermano de verdad. Nuestro mejor jugador que se marchó al Madrid. El Camp Nou es un estadio que llegas media horita antes y está medio vacío, cuando sales a calentar hay poca gente. Aquel día, 45 minutos antes, estaba lleno a rebentar, calentando no nos oíamos", recuerda. Un Luis Enrique que tenía claro, cómo comentó con Abelardo o Guardiola, que aquel partido lo ganarían sí o sí: "Es imposible que perdamos. Da igual quién juegue con la camiseta del Barça. Había una energía que daba hasta miedo".
Un partido histórico. Y hoy, no se pierdan El nou clam.