En estos momentos, millones de argentinos están celebrando todavía, 48 horas después, el Mundial conseguido en Qatar. La selección albiceleste se encuentra en un desfile por las calles de Buenos Aires, con destino final la mítica plaza del Obelisco, donde un gentío descomunal está celebrando el título con sus jugadores, con Leo Messi al frente, y donde la fiesta promete ser de traca.

Celebración de la selección argentina en Buenos Aires / Twitter

El resto del mundo mira con envidia estas imágenes. Por ejemplo, los aficionados españoles, que hace tiempo que vieron cómo la Roja quedaba eliminada a las primeras de cambio, en los octavos de final, contra Marruecos, en una tanda de penaltis para olvidar. El combinado de Luis Enrique hizo las maletas mucho antes de lo que se esperaba, después de un papel bastante decepcionante y un pobre balance en Qatar: cuatro partidos, solo una victoria, contra Costa Rica, una derrota contra Japón y dos empates contra Alemania y Marruecos. Después del fiasco, le mostraron la puerta de salida al técnico asturiano, y Luis Enrique ha dejado de ser el seleccionador español. Le ha substituido Luis de la Fuente. Veremos pues, si ahora Luis Enrique se toma un tiempo sabático para estar con su familia o si fichará en breve por algún otro equipo.

Luis Enrique / @luisenrique21worldcup22

De momento, lo que no pierde Luis Enrique son las buenas costumbres. Cada día coge su bicicleta y se va a pedalear y a hacer kilómetros. Pero como él lleva a rajatabla eso de mens sana in corpore sano, el técnico considera que no es suficiente con coger la bici cada día y a la mínima que puede, se mete dentro del gimnasio a hacer ejercicios y flexiones y a levantar pesas. Y no unas cualquiera. Unas que pesan solo de mirarlas. El exseleccionador de la Roja, vistiendo una camiseta de la selección, o directamente, quitándosela, ha regalado a sus fans un vídeo sensacional donde no para de moverse y levantar pesas, demostrando que en su estómago se puede rallar queso. Y para acabar de redondearlo, Luis Enrique ha acompañado las imágenes con una música deliciosa. Una canción catalana que solo de oírla te vienen ganas de no parar quieto. La gran eufòria, del gran Joan Dausà, un tema absolutamente maravilloso donde el cantante dice cosas como "se acaban las horas que nunca acaban, los días que despertábamos, tentados de dejarlo estar. Es como si todo volviera a su sitio de golpe. Una mujer mayor recuerda haber vivido la gran euforia. Baja, amor mío, baja, amor mío, la vida es nuestra"...

La gran euforia es la que sienten los seguidores de Luis Enrique al verlo cómo, a pesar de la derrota en el Mundial, sigue mirando hacia adelante. Y la gran euforia es la que se está desatando en Buenos Aires con la celebración argentina.