"De lo de Luis Enrique lo único y mejor que se puede decir es que la gestión y tratamiento del tema debe enorgullecer a todo el periodismo deportivo en unos tiempos en los que cuesta encontrar motivos para ello. Ojalá cunda el ejemplo en la profesión. Un abrazo inmenso para él". Es el perfecto resumen que ha hecho Gabriel Rufián después de que Luis Enrique anunciara que deja la selección española por motivos personales.
Quedémonos con esta frase: "Ojalá cunda el ejemplo en la profesión". Afortunadamente, y salvo algunas penosas excepciones procedentes de la caverna, todo el mundo, medios y opinión pública, han respetado al exseleccionador en unos momentos complicados. Su privacidad y la de su familia han sido entendidas por todo el mundo. Pero desgraciadamente, donde no ha cundido el ejemplo es en otros ámbitos. Por ejemplo, en el político. Porque el exportavoz en época de Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, ha demostrado tener muy poca empatía con unas frases vergonzosas que ha perpetrado en su cuenta de Twitter.
A Rodríguez se lo conoce como MAR, quizás, como sigla de "Muy Abyecto Rastrero". El mismo Luis Enrique agradecía a todo el mundo por su comprensión y respeto, después de recibir una avalancha de mensajes dándole ánimos y justo después de anunciarse su renuncia a la Roja. Pero estas palabras no sensibilizaron a alguien como el exdirector de comunicación del PP, que rápidamente decidió ir a contracorriente y publicar sendos tuits donde se pregunta "¿Por qué nadie cuenta cuál es el "problema personal" de Luis Enrique, en un país en el que no se respeta ningún "problema personal" de nadie?" al tiempo que deja caer: "Y otra cosa: ¿la renuncia del entrenador Luis Enrique conlleva una indemnización multimillonaria por parte de Luis Rubiales, o es el entrenador quien paga por renunciar? Oscurantismo...".
No habría que responderle a alguien tan inoportuno y miserable. Pero la red no ha tenido piedad: