El asunto Rubiales se ha convertido en una guerra por el poder. El presidente de la Federación no tiene intención de dimitir y no tiene superior jerárquico. No depende del ministro de Deportes, Miquel Iceta, porque la RFEF es un ente privado, no público. Si no dimite, solo la Federación, que él controla, puede echarlo. Ya lo demostró su predecesor, Ángel María Villar, a quien no había manera de echarlo a pesar de sus excesos. Acabó en prisión. Los presidentes de la Federación de Fútbol acostumbran a tener bien ligadas las fidelidades y los apoyos dentro de la casa. Rubiales cobra mucho dinero, 700 mil euros el año, y controla mucho dinero, el presupuesto de la RFEF. Por eso siempre ha tenido enemigos que lo quieren echar. Él lo ve como una nueva guerra para abatirlo. No entiende que ahora es otra cosa, que la sociedad no tolera gestos machistas y prepotentes como los que mantuvo en el palco y en el campo. No es el mundo del fútbol, ya trasciende a eso.
Rubiales pretende controlar el alud que le cae encima con un vídeo de disculpas que solo han empeorado las cosas ("No hubo mala fe por ninguna de las dos partes") y demandando en los tribunales a los periodistas que él crea que atentan contra su honor. De momento hay una presentadora de TV3 que ya ha recibido la demanda. Es Danae Boronat, que fracasó al frente de Zona franca pero que anteriormente era la cara del fútbol femenino dentro de la TV3A. Se supone que volverá aunque durante todo el Mundial femenino ha estado desaparecida. Ella misma lo explica en twitter:
Se supone que este tuit de Danae Bortonat es el motivo de la demanda. Boronat lo escribió el domingo por la noche, después de todo el escándalo del beso de Rubiales. Con cierta intención está publicado en catalán y castellano, para que lo entendiera su último destinatario, Rubiales. Tienen cuentas pendientes. Danae ha sido crítica con el presidente de la RFEF durante la guerra entre el seleccionador Vilda y buena parte de las jugadoras que tuvieron que abandonar la Selección. Algunas siguen fuera por haber denunciado los métodos del tal Vilda. Un Jorge Vilda que se está salvando de la quema gracias al escándalo Rubiales. El seleccionador tocó el pecho a una jugadora:
Jorge Vilda está viendo las orejas al lobo, su destitución, ya que su único defensor era Rubiales y este peligra. Por eso Vilda ahora se dedica a decir que han sido "campeonas" del mundo, en femenino, y no "campeones" como sostenía y repetía a cada rueda de prensa: "Contentísimos, superfelices, con ganas de celebrar con todo el país porque somos campeonas del mundo":
Cínico y oportunista hacerlo ahora que va tarde, pero con un instinto de supervivencia superior al de Rubiales.