Todo el mundo conoce a Lydia Bosch. Protagonizó dos de los programas más vistos de la historia de la TV: azafata de Un,dos,tres y cuñada de Emilio Aragón en Médico de familia. 30 años después vuelve a hacer series y ha presentado un cortometraje benéfico a favor de la ONG Save the children con el nombre de una serie mítica de Chicho Ibáñez Serrador: Historias para no dormir, hecha por el hijo del director recientemente desaparecido a los 83 años. Ha sido una manera de ver a Bosch sin los filtros de instagram, tal cual a sus 55 años. Y la cirugía ha hecho más estragos que el paso del tiempo. Antes y después:
Su actuación en el corto junto a Dani Rovira favorecerá los donativos de la ONG. Maravillosa Bosch, que mantiene el atractivo de la chica que salió de El Prat de Llobregat para empezar en Madrid una carrera en el mundo del espectáculo. De entre todas las exazafatas del concurso ha sido la más conocida con Victoria Abril pero la cirugía le ha restado naturalidad en el gesto.
El bótox o el bisturí. Un handicap para una actriz, la obsesión por parecer más joven. A Nicole Kidman la siguen llamando. A Bosch también. Se hace mirar.