Dice la presidenta de la Comunidad de Madrid, la inefable Isabel Díaz Ayuso, que la capital de España es una ciudad tan grande, especial y 'chachipiruli' que es imposible tropezarse con tu expareja. Qué suerte. Ahora bien, sí que es un terreno abonado para encuentros de otro tipo. Algunos de ellos casi paranormales. Cuando menos, las reacciones que provocan. Es lo que está pasando con lo que ha compartido en redes sociales la actriz de El Prat de Llobregat Lydia Bosch, una de las flamantes concursantes de la próxima edición de 'Tu cara me suena'. Bosch ha puesto en práctica el título del show musical de Gestmusic y ha protagonizado una escena que calificaremos como extraña.
La línea argumental es sencilla como el mecanismo de una cerilla: Lydia en el exterior de un parque madrileño utilizando su móvil, vete a saber si enviando un mensaje, pidiendo un taxi o poniéndose al día de alguna noticia. Puestos a imaginar, quizás es lectora de EN Blau. Está distraída y ajena a lo que pasa a su alrededor. Bueno, no del todo. Un hombre camina muy cerca mientras graba un vídeo selfie, y se detiene estratégica y casualmente a su lado, ofreciendo uno plano conjunto muy 'peliculero'. Bosch despierta de golpe y no se lo cree. Es uno de sus ídolos: Jesús Candel, alias 'Spiriman'. Un médico de Granada muy polémico por sus declaraciones incendiarias y temerarias sobre el coronavirus, y que actualmente lucha contra el cáncer.
Que Lydia admire tanto a Spiriman sólo puede tener una lectura: se solidariza con el personaje en su batalla contra la enfermedad. Recordamos que ella anunció el año 2020, justo el día que cumplía 57 años, que sufría un carcinoma basal, un tipo de cáncer de piel del que parece haberse recuperado por completo. El hombre explica que se ha desplazado a Madrid para continuar con las sesiones de quimioterapia, después que el adenocarcinoma de pulmón del que se había recuperado se reprodujera en forma de tumor en el hígado, teniendo que empezar con un nuevo tratamiento. Ojalá lo consiga, claro está.
La catalana parece conocer muy bien el día a día del andaluz, porque su efusividad (y la del propio Candel) es descomunal, aunque desprenda cierto aroma a impostura. La conversación tiene todos los ingredientes de una dramatización de teleserie, una especialidad de la actriz, pero vete a saber: a veces la realidad supera la ficción. Y con Spiriman es difícil discernir qué es real y qué un montaje para llamar la atención y lograr sus objetivos. Bosch se deshace en elogios: "me ha hecho TANTA ILUSIÓN conocerte POR FIN en persona", "Jesús, eras "UN ATLETA DE ÉLITE" y vas en GANAR ESTA BATALLA". Palabras muy bonitas, sí.
Reiteramos el deseo de que a Spiriman todo le vaya muy bien y supere este trance definitivamente. Ahora bien, ojalá que durante el camino aprenda a no intoxicar a la sociedad con declaraciones y actitudes nocivas sobre la pandemia. Más todavía tratándose de un sanitario. Quizás que Lydia le podría dar algún consejito a su ídolo.