Lydia Lozano y el equipo del renacido 'Sálvame' están viviendo una etapa memorable de sus carreras. La aventura de 'Ni que fuéramos shhh' está compensando con creces los malos momentos que han pasado a raíz de la fulminación del mítico espacio de chismorreo de Jorge Javier Vázquez y compañía. No moría un programa, lo mataban y marcaban con una cruz a sus colaboradores estrella, vetándolos después de décadas de servicio. En el caso de Lozano, una eternidad. Se había dejado la piel por 'la cadena amiga', y esta le propinó una patada como carta de despido. Pues bien, cada décima que araña en TEN es un tesoro que saborea delicadamente. Un éxito de justicia.

Sin embargo, a veces las vicisitudes de la existencia no acompañan a los buenos momentos. Y la canaria está angustiada por motivos personales y familiares. Todos ellos, relacionados con la salud. El primero le afecta directamente: todavía se está recuperando de la fractura de vértebra que se provocó en el 'Baila como puedas'. Primero parecía una costilla, las noticias posteriores fueron peores. Tuvo que pasar por quirófano, y todavía tiene secuelas de aquel trance. "Tengo un dolor lumbar por haber tenido la vértebra rota y no me averiguan qué me pasa. El lunes me hacen un TAC. No puedo más", confesó a sus compañeros de programa el jueves. Tampoco podía ir al lavabo con normalidad. Está mal. Pero su espíritu alegre y las ganas de cobrarse la venganza contra Mediaset la han mantenido en pie.

Otro problema, que seguramente le preocupa más, es el de su marido. Hace 34 años que Lozano comparte su vida con el arquitecto Carlos García-San Miguel y Rodríguez de Partearroyo, que no es conde de algo porque no quiere, como Feijóo. Se sabe que se gana muy bien la vida y que intenta mantenerse al margen de la profesión de su mujer. También que le gustan las mascarillas rojigualdas de VOX. Ah, sí. Y que el mundo entero lo conoce como 'Charly', gracias al salto de trampolín que su esposa hizo por televisión durante un concurso en Telecinco. No se habla mucho de él, pero es un icono pop. Tiene 72 años actualmente, y también ha pasado por el cirujano. Una hernia discal le estaba haciendo la vida imposible, pero el posoperatorio no está mejorando la cosa.

Lydia y Charly / GTRES

'Informalia' cita fuentes al entorno familiar del matrimonio, y deja una frase chocante: "Ya no puede ni sacar al perro". No sale de casa, está impedido. Solo a las sesiones de rehabilitaciones, y basta. Una situación complicada, cuando Lydia tampoco supera el dolor ni ha recuperado la movilidad anterior al accidente. Un panorama desolador en el mejor momento. Esperamos que sea un episodio pasajero.