Pocos minutos pasaban de las cinco y cuarto de la tarde, del martes 11 de mayo, cuando Lydia Lozano, colaboradora de Sálvame, se ha roto como nunca antes. La canaria, desconsolada, se ha convertido en un mar de lágrimas preocupando a sus compañeros. El motivo no ha sido otro que el duro testimonio del catalán, Carles Francino, tras 47 días ingresado en el hospital por culpa del coronavirus. El de la Cadena SER, el lunes 10 de mayo, volvió a su puesto de trabajo y lo hizo con un discurso que tuvo problemas para leer con fluidez fruto de la emoción. "Las pasé canutas en algún momento, sobretodo las primeras 48 horas, en que los indicadores eran bastante malos, incluido un ictus del que parece que afortunadamente no me ha quedado ninguna secuela", afirmó. Foto de él:

Carles Francino, Cadena SER

El hermano de Lydia Lozano, Jorge, falleció a finales de marzo por culpa del coronavirus. Una enfermedad por la que estuvo ingresado en la UCI de la Fundación Jiménez Díaz un total de 45 días, dos menos que el catalán. Un fallecimiento que la canaria tiene muy presente y aún no ha superado, pese a que se haya reincorporado en el programa de las tardes de Telecinco. Cuando Paz Padilla volvió a Sálvame, tras superar el coronavirus, Lydia se fue del plató llorando. Durante la tarde del martes 11 de mayo, cuando el espacio ha emitido las bonitas palabras de Francino, la historia se ha repetido. La canaria ha salido de plató y a su vuelta, llorando sin parar, ha dicho: "Es tan tremendo todo". Fotos de Lydia Lozano hecha polvo:

Lydia Lozano, Telecinco

Lydia Lozano, Telecinco

Lydia Lozano, Telecinco

"Mi madre está fatal, con pastillas y la ayuda de un psiquiatra, porque es algo insuperable", ha confesado la colaboradora, casi dos meses después de perder a su hermano, profesor de periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. "No entiendo nada y menos cuando ves por la calle a la gente sin mascarilla, ¿qué estamos celebrando?", ha añadido Lozano molesta con los botellones que se celebraron el pasado fin de semana en varios puntos de la geografía española. "No hay nada que celebrar", ha afirmado muy contundente. "A lo mejor toda la gente que estaba de fiesta, dentro de 15 días estarán en el hospital causando depresión a los médicos que están ya agotados", ha sentenciado la tertuliana, secándose las lágrimas de los ojos. El coronavirus no es ninguna broma. Existe, es real. Lydia Lozano lo sabe. Carles Francino también.