Aunque no será hasta el próximo lunes día 15 de octubre que podremos ver las imágenes en exclusiva de la boda de Isa Pantoja y Asraf Beno en la revista Lecturas, era inevitable que durante el fin de semana ya empezaran a salir a la luz algunos detalles de la celebración. Entre los invitados a la ceremonia del enlace, el cóctel y la fiesta posterior había caras conocidas, aunque las ausencias eran una de las cuestiones que más ha llamado la atención desde que se anunciara que, por fin, la hija de la tonadillera Isabel Pantoja y su chico se darían el 'sí, quiero'. Y es que, como ya se esperaba, ni rastro de la intérprete de Se me enamora el alma. Tampoco de Kiko Rivera, su hermano, ni de su cuñada Irene Rosales. Del clan, solo la acompañaba su querida prima Anabel.
En cualquier caso, parece que todo el revuelo por quién sí y quien no iba no ha conseguido eclipsar un acontecimiento cuidado al milímetro en la sevillana Hacienda Al-Baraka, la finca de estilo árabe en que el pasado viernes 13 —haciendo gala de una parascevedecatriafobia nula— los enamorados se daban el 'sí, quiero'. Sin buena parte de la estirpe de Cantora, pero sí con la compañía de muchos rostros bien conocidos por la audiencia. No han faltado a la cita televisivos como Jorge Javier Vázquez, que ejerció de padrino en un ejercicio de preocupación claro por el descaro de los allegados a la recién casada.
Eso sí: según se ha hecho público, la presencia del badalonés en el lugar solo se extendió un par de horas más desde que la parte más protocolaria del asunto llegó a su fin. Que nadie se exalte al saber de esta espantada, porque parece que no hay ningún motivo concreto. Solo que al presentador de los cancelados Cuentos chinos no le acaban de gustar las bodas. De hecho, ya lo demostró cuándo asistió a la de su amiga Belén Esteban. Estuvo allí un rato, pero después volvería a Telecinco para ejercer de presentador del Deluxe hasta el final de la noche.
Como bien decíamos en el inicio, era complejo mantenerlo todo a escondidas. Más cuando, vaya la Pantoja madre o no, no deja de ser un momento mediático como pocos en la historia de la crónica social. Socialité, el espacio de los fines de semana de la cadena de Mediaset, ha podido conocer de primera mano buena parte de las informaciones de la fiesta. Pero no solo eso, ya que incluso sus cámaras han conseguido captar imágenes del interior del espacio, dejando entrever la indumentaria escogida por algunos de los invitados que más interesan. Anabel Pantoja, de negro y con el pelo recogido, con su nuevo chico. También fotogramas de Carmen Borrego, de blanco, la periodista Alexia Rivas, de rojo, o Anuar, el hermano del marido y exconcursante de Supervivientes.
Ahora bien, si alguien destacaba entre la multitud, es indiscutible que tenía que ser la siempre original Lydia Lozano. Desde el inicio, con las gafas de sol cubriendo la mirada, y combinando el lila con un naranja flúor y plumas. Al acabar el acontecimiento, de madrugada, era interceptada por la reportera del programa al bajar del autobús camino del hotel. Ella, tan divertida y dicharachera, aparecía con los tacones en las manos. Sin gafas, mostrando que el maquillaje se le había corrido un poco. Probablemente, fruto de la emoción, ya que casi todo el mundo afirma que los discursos de la prima y de la niñera Dulce Delapiedra fueron muy emotivos.
Incluso, ella misma bromeaba. "Por favor, qué careto tengo". Nunca pierde el humor.