La guinda del pastel del Festival de Eurovisión ha sido, sin duda, la presencia de Madonna. La reina del pop, disfrazada como si fuera la tía de Jack Sparrow después de una mala noche. La cantante norteamericana no ha dejado indiferente a nadie con su look, despertando pasiones entre el presentador, el público presente en la gala y los millones de espectadores de todo el mundo. Pasiones... y estupor.
Después de decirle unas palabras al presentador, y antes de las votaciones, la ambición rubia ha hecho una actuación, esta vez disfrazada como el malo de Star Wars, donde ha interpretado Like a prayer y otros éxitos de su repertorio en un número excesivamente largo. Y lo que es peor, soltando más de un gallo que hacían sufrir por ella, en una actuación que no se hubiera llevado los 12 puntos ni de coña: