Este martes por la noche los culés tenemos una cita. El Barça juega a las nueve en el estadio Da Luz, en el campo del Benfica, en la penúltima jornada de la liguilla de la Champions. Los de Hansi Flick están haciendo un campeonato brutal, ganando cinco de seis partidos y siendo segundos, solo por detrás de un intratable Liverpool, que lo ha ganado todo. Una victoria hoy en la capital portuguesa significaría el pase matemático a los octavos de final. Una buena oportunidad, además, de dejar atrás el mal sabor de boca que jugadores, técnico y aficionados tuvimos después de jugar en Liga en el campo del Getafe, con el escandaloso penalti no pitado a favor del Barça, el teatro lamentable de los jugadores rivales y las constantes pérdidas de tiempo. Pero Getafe es historia y ahora toca pensar en el Benfica.

Veremos si el Barça gana, esperemos que sí. Y si lo hace, veremos cómo lo hace el crac del vestuario culé, la estrella de presente y de futuro, el buque insignia en torno al cual pivota todo el resto: Lamine Yamal. El crío de Rocafonda, diferencial, futuro Balón de Oro dentro de no mucho, seguro que hace un partidazo. Veremos si da alguna asistencia a sus compañeros o si marca algún gol. Si lo hace, seguro que sería el mejor regalo posible para su querida madre, que está de cumpleaños.

 

Sheila Ebana ha soplado 35 velas, y nada la haría más feliz que seguir viendo triunfar a su hijo Lamine. Madre e hijo están muy unidos, se estiquieren con locura y juntos están celebrando todos los éxitos que está consiguiendo el crac blaugrana, y los que vendrán.

Una Sheila que nos ha emocionado a todos a los culés... y a todos los hijos, en definitiva. ¿De qué manera? Con un vídeo publicado en Tik Tok donde, como si fuera Minguella y Lamine Yamal fuera Leo Messi, había una servilleta de papel de por medio. En este caso, sin embargo, la madre del jugador le ha escrito cinco palabras preciosas que no tienen nada que ver con el fútbol, sino con el amor de una madre y un hijo. ¿Qué le ha puesto Sheila a su hijo?: "Sonríe si me quieres mucho"... Evidentemente, él no ha podido hacer otra cosa más que sonreír, sonrisa de oreja a oreja, cuando lo ha leído:

La madre, fundida de amor. Y nosotros también. Lamine Yamal y Sheila Ebana, maravillosos.