El universo facha español y madrileño está muy alterado. El monstruo de siete cabezas y colmillos afilados está aquí. Delante de sus morros. España, por fin, se rompe. Agur, adeu, adeus. El Congreso de los Diputados habla lenguas que no son el castellano, Pedro Sánchez está mucho más cerca de la Moncloa que Alberto Núñez-Feijóo, la muleta de VOX va coja y, para acabar de arreglarlo, los soberanistas catalanes tienen la llave. Puigdemont, amnistía, referéndum, independencia. El fin del mundo. Las principales espadas del españolismo se mueven: Aznar, Felipe Gónzalez y el sanchopanza Alfonso Guerra, Isabel Díaz Ayuso... Ay, Ayuso. Va más fuerte que nunca, desbarrando contra Catalunya e incluso llegando a pedir una moción de censura a un candidato a presidente que ni siquiera existe, lanzando el de su partido al vertedero sin ni siquiera subir al atril. Pobre Alberto, no debió salir nunca de Ourense. Se lo están zampando. Y todo porque en el fondo Madrid es la capital del independentismo.

El exvicepresidente de la Generalitat de Catalunya, Josep Lluís Carod-Rovira, acaba de demostrarlo con una sencilla foto que le han pasado por redes sociales. Se trata de un cruce de calles en el centro de la capital. Vaya, que lleva allí mucho tiempo. Ahora se convertirá en lugar de peregrinaje de los catalanes que pasen por Madrid. Quizás también en una especie de muro de lamentaciones de los mucho españoles, palidecidos al descubrir que llevan el mal en la sangre, en el ADN. En el viejo Madrid. ¿Qué pasa en esta instantánea? Pues de todo. Miren:

Josep Lluis Carod Rovira / Foto: Sergi Alcazar

Efectivamente, se trata de la esquina donde las calles de la Independencia y de la Amnistía se dan la mano, se funden en el tejido urbano de la Villa y Corte. Independencia y amnistía, los cocos que los atemorizan cada noche. Poesía visual. "Cosas de la vida", dice Carod-Rovira, que se llama Josep Lluís aquí, en Madrid y en la China Popular. El documento tiene más perlas impagables: la señal de dirección prohibida allí abajo y el letrero que indica que el edificio donde va colocada la placa está asegurado contra incendios. Ya va bien tener la póliza actualizada, espérate que no salgan pelotones ultras con gasolina y cerillas a quemar el lugar. De momento el alcalde José Luís Martínez Almeida ya tiene un marrón entre manos, toca cambiar el nomenclátor municipal. Y a toda prisa, que Ayuso cuando se enfada... ya saben, te puede pasar como a Pablo Casado. Kaput.

Isabel Diaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida / Europa Press

El hallazgo se ha hecho viral, y los comentarios van creciendo. Es una maravilla de pé a pá. La caída del imperio español, su implosión. Pobrecitos.

Calles de la Independencia y la Amnistía en Madrid / Google Maps