La boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva costará sangre, sudor y lágrimas. Es lo más parecido a una carrera de obstáculos, a una gincana. Si la cosa va de poner a prueba su amor van por el buen camino, pero a qué precio. Normal que pidan un millón de euros por la exclusiva a la revista de cabecera familiar. Es que 'esto no está pagao', vaya desbarajuste. Infidelidades, expiación de los pecados, reconciliaciones absurdas, viajes, sospechas, enfermedades, mala leche, obras, regalos caros, urinarios portátiles, tres días de boda... ains. Y todo eso con la ruptura de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en plena ebullición, con fuego cruzado y muy doloroso. Un sufrimiento. Incluso este fin de semana, durante la fiesta de pedida, han saltado chispas.
Un acontecimiento organizado en la mansión de la filipina en Puerta de Hierro, con 25 invitados de las dos familias como testigos y regalos muy caros entre los futuros cónyuges. Onieva luce un Patek Philippe de más 50.000€ en la muñeca, ella una pulsera de diseño. La juerga fue contenida, el idilio tampoco hace vibrar a uno de los bandos. A la familia de la marquesa, por ejemplo. Íñigo está en fase de prueba, lo que le hizo a Tamara en el desierto de Nevada no se olvida. Julio José Iglesias Preysler lo tiene claro; Isabel lo tenía pero se ha tragado el sapo para no chafarle la guitarra a su hija. Las fricciones son constantes: la boda podría convertirse en un campo de batalla.
La fiesta de pedida de Tamara y Íñigo, sin imágenes. Raro
Volvamos a la fiesta del fin de semana, a la que Tamara pudo acudir después de superar una gastroenteritis muy molesta que incluso la postró en una silla de ruedas durante la vuelta de las vacaciones en Bali. La jarana sorprende por otro detalle: no hay fotos. Cosa bien rara, la Falcó es de las que presume de vida de ensueño en Instagram hasta límites ridículos y de mal gusto. Pues en esta ocasión, nada, ni una migaja. Hemos tenido que contentarnos con las fotos de los paparazzi que pillaban a los novios llegando a casa por separado. Ella en chándal y gabardina; él más casual y con el peluco bien visible. Poca cosa tratándose de esta pareja. ¿Qué ha pasado? Pues que ha habido mal rollo y un acuerdo in extremis para salvar los muebles y el bodorrio.
Mal rollo entre familias: los Onieva paran los pies a los Preysler
El Programa de Ana Rosa explica que las familias Preysler y Onieva chocaron por la exhibición del evento privado. Unos querían exponerlo al mundo, los otros ni hablar. La madre de Tamara no tenía ningún inconveniente, claro, ha vivido siempre de esta manera y ha cobrado generosamente por hacerlo. Su familia política está más verde, dar el paso representa un conflicto interno. No pueden oponerse a vender la boda porque hay una morterada en juego, pero exigieron que no se filtrara ninguna imagen de la fiesta del fin de semana: "No quieren que todo se haga público". Este ha sido el pacto entre los dos bandos, los Onieva han ganado. De momento. Veremos si llegan al 8 de julio, esta es la clave.
El mundo de colorines de la Falcó también tiene manchas oscuras, negras y tenebrosas. Las pueden intentar esconder, que es muy fina ella, pero al final todo se sabe.