Una de las personas que más nos han conmovido los últimos días ha sido el gran Manel Alías. El periodista de TV3 se había marchado de Rusia hace unas semanas, pero tuvo que volver. Su periplo había acabado después de ocho largos años como delegado de TV3. Pero ahora ha tenido que ir a cubrir la guerra a Ucrania después de la invasión de Vladimir Putin. El periodista no se imaginaba volver tan pronto a un país donde conoció a su mujer y donde tiene familia: "Me ha cogido a contrapié, a mí ya no me tocaba venir, por profesionalidad me tendría que distanciar emocionalmente del conflicto pero me cuesta, parte de mi familia está en Rusia. Quería hablar de Rusia a mi hijo de una manera bonita, ahora es un país agresor".

Manel Alías TV3

Manel Alías / TV3

Palabras sobrecogedoras y sinceras por parte de un corresponsal que estos días nos ha helado la sangre con alguna crónica que se tendría que estudiar en las facultades de periodismo, como la que hizo hace unos días en medio de un ataque con tanques y balas y sonido de metralla. Ahora sin embargo, Alías ha podido volver a casa con su mujer y su hijo. Ella, Gènia, es rusa, "es la persona con la que comparto ahora la vida. El mejor regalo que me podía pasar aquí. Yo soy muy reservado con mi vida y mis ideas. Aquí he acabado formando una familia mayor que la que tengo en Catalunya. He tenido una estructura familiar desplegada por Rusia. Me he enamorado en Rusia y estoy enamorado de Rusia". Al volver a casa Manel, Gènia emocionó a todo el mundo con tres sencillas palabras: "Eres mi vida":

Tanto ella como todos los amigos, familiares y compañeros de Alías, la gente que le quiere y también los espectadores, celebran que haya vuelto a casa después de cubrir el inicio de la invasión rusa en Ucrania. Echaremos de menos sus crónicas impecables y llenas de humanidad, pero así no sufriremos por él. Una vez en casa, la primera imagen que ha compartido en redes hace llorar de la emoción: él paseando con su hijo cogido de la mano en la playa. El mismo periodista explica cómo se llama y por qué le pusieron así. Y todavía ha emocionado más con su revelación: "Mi mujer es rusa y cuando supo que en catalán había un nombre que quería decir PAZ (Pau) quedó decidido como se llamaría nuestro hijo. Con los idiomas que hablamos en casa se podría llamar Pavel, Pablo o Paul. Pero estaba claro: nos gustaba Pau. Muchas gracias a todo el mundo por el apoyo. Y paz"!.

Un nombre precioso. Esperamos que muy pronto se haga realidad su significado en Ucrania.