Manel Fuentes ha empezado el año con una de cal y una de arena. Primero, noticia triste, al saber que un bar mítico, ligado a muchos recuerdos suyos, el 'Bar Boia' de Cadaqués, tiene que cerrar. Uno de los establecimientos más míticos del pueblo dice adiós después de 80 años siendo un símbolo de la playa Gran, tiene que bajar la persiana por un cambio en la normativa de la ley de costas. Y entre las muchas muestras de apoyo, el corazón roto de Manel, "Missing you Bar Boia".

Días después, sin embargo, ha tenido una de las mejores noches de su vida y que seguro que estará en su top personal de este 2025, aunque apenas estamos acabando el mes de enero. Una noche inolvidable en otro local que conoce como la palma de su mano, la sala 'Luz de Gas' de Barcelona, donde tocó con su banda de tributo a su ídolo, Bruce Springsteen, una noche mágica, eufórica, perfecta, donde lo dejó todo encima del escenario y que fue un éxito total.
La verdad es que los que han tenido la suerte de verlo en directo coinciden en que si Manel no hiciera tele, podría ganarse muy bien la vida cantando y tocando encima de los escenarios. Su pasión por el 'Boss' es tan grande, tan intensa, tan histórica, que cuándo sube a cantar y tocar con su banda de tributo, lo da todo encima del escenario... Ha aprendido de su ídolo. Porque si un músico lo deja todo cuando toca, cómo ha hecho siempre, si un cantante está tres horas sin descanso, casi sin pausa entre un tema y otro, a pesar de tener ya 75 años, este es sin duda, Bruce Springsteen, como demostró en los últimos conciertos en el Estadio Olímpico de Montjuïc el verano pasado. Bruce lleva toda la vida viniendo a la capital catalana a tocar, su idilio con Barcelona es legendario, y probablemente en todos los conciertos ha estado entre el público Manel Fuentes. Conciertos donde el presentador habrá ido acompañado de su pareja, de amigos, de otros fans... y de sus hijos. Porque hay poca gente a quien Manel quiera más que al Bruce, pero sin duda, estos son su mujer y sus dos hijos, Max y Bruna.
Seguro que ellos dos han oído en casa música del Bruce desde que estaban en la cuna. Han mamado Bruce a todas horas, por eso no es de extrañar que Fuentes les haya transmitido su pasión por el músico de New Jersey... Y se los haya llevado de concierto. Y justamente en uno de los muchos conciertos del Boss pasó el que posiblemente sea uno de los recuerdos más imborrables en la vida de Manel. Un momento único, irrepetible: el de ver a su hijo Max subiendo encima del escenario, cogido por su ídolo, y cantando juntos la maravillosa Waiting on a sunny day. Como él mismo dice, "Great memories!! My son and my heroe singing together!! Thanks Bruce" (Grandes recuerdos!! Mi hijo y mi héroe cantando juntos!! Gracias Bruce). ¿Y qué se ve? A su hijo Max, mucho más joven que ahora, cuando todavía era un niño, con los ojos brillando de la emoción de cantar a hombros de uno de los músicos más importantes de la historia... Max tiene una mirada de felicidad que lo dice todo... imaginen cómo debió ser la mirada de Manel viendo esto a un palmo, ojos llenos de lágrimas:
Un momento que seguro que ni Manel ni su hijo Max podrán olvidar nunca en la vida. Unas imágenes donde no hace falta estar waiting on a sunny day, no hace falta esperar a que llegue un día soleado para iluminar sus corazones recordando aquel momento.