"La España que madruga" no hizo honor a su nombre durante la manifestación que llevó a cabo este domingo, 27 de noviembre, en todas las capitales de provincia del Estado. De hecho, a los de VOX se le pegaron las sábanas, quedando directamente para el aperitivo, las cañas y las tapas. A 12 del mediodía. Y olé. Miles de simpatizantes ultras se concentraron para protestar contra Pedro Sánchez y la modificación del delito de sedición, pero vaya, que la temática de la cita podría haber sido cualquier otra. No necesitan demasiados estímulos, la verdad. De hecho sonaba a excusa para ir bien calentitos a ver el partido de la selección española contra Alemana en el mundial de Catar. La fan zone facha, vaya.
Sea como fuere, el caso es que los súbditos de Santiago Abascal respondieron de manera desigual en las diferentes ciudades del territorio. En el País Vasco y Navarra, por ejemplo, la cosa daba lástima: tres y el del tambor. En Catalunya lo habían intentado una semana antes, con el mismo resultado: 4 gatos mal contados. En Madrid, sin embargo, epicentro y cuna de la civilización mundial, la estampa era más aceptable. 25.000 asistentes en la Plaza de Colón, que vendría a ser Las Ventas del españolismo ultra. Qué espectáculo, qué colorines, qué fervor patriótico. Para enmarcar.
Si buscan aquí la crónica del acontecimiento lamentamos informarlos de que van errados, que esta no es la ventanilla. O mejor dicho, que esta es una película que hemos visto muchas veces, que siempre acaba igual de mal y que acabamos dormidos por la monotonía de sus personajes, tramas y demás. Pero por una vez en la vida haremos un acto de constricción, nos flagelaremos, nos reprocharemos nuestra falta de interés, empatía, etcétera. Le tendríamos que haber dado una oportunidad. El encuentro había incorporado a nuevos actores y elementos decorativos, haciendo que el global luciera de manera soberbia. La primera fila de los que escuchaban con atención a un Abascal más furioso de lo que nos tiene acostumbrados era digna de estudio. Para mirarla con lupa, poniendo todos los sentidos sobre la instantánea.
La imagen que nos ha dejado absolutamente perturbados la ha compartido el dibujante de El Jueves Pedro Vera, autor de caricaturas despampanantes. Lo que no se imaginaba, sin embargo, es que lo que tenía delante de sus narices (de fuente desconocida, ya nos gustaría saber quién es el autor para otorgarle el crédito) era mejor que cualquier creación que pudiera hacer al respecto. A ver: ¿era una manifestación o una fiesta de disfraces? No lo tenemos claro. Una cosa es ser de extrema derecha, otra es este desbarajuste. Pelucas, gafas de Pepe Gáfez, chapiris de legionario y algún detallito más que no hay que explicar con palabras. Seguro que con una ojeada lo pillan a la primera. Estupor absoluto. Y la red, partiéndose de risa.
Loco Vox. Ya lo decían los de Loco Mía.