Es uno de los cantantes barceloneses más queridos en todo el estado español, gracias a una carrera musical plena de éxitos con 'El Último de la Fila' o en solitario. Muchos recordamos su etapa en 'Los Ràpidos' y 'Los Burros' con Quimi Portet (también en 'El Último de la Fila', por supuesto). Sí, es Manolo García, actualmente de gira por toda España repasando su trayectoria musical en formato acústico. Pero al margen de su actividad profesional, García es de los artistas que no se esconden cuando le preguntan por opiniones políticas y Catalunya. Siempre responde, aunque no guste a unos y los otros. Algunos le acusan de equidistancia, aunque fue uno de los artistas que se posicionaron claramente a favor del referéndum: "por qué no se puede escuchar la opinión del pueblo catalán", decía un mes antes del 1-O. Paradojas de la vida, precisamente la semilla que originó el rechazo del españolismo radical, y que vuelve a florecer por lo que ha dicho en una entrevista en 'El Mundo'

Manolo García concierto Europa Press

A García, nacido en Catalunya pero de familia manchega, le piden la fórmula de la cocacola: "¿Lo de Cataluña tiene arreglo?" Y claro, responde fiel a lo que ha expresado en otras ocasiones, y que es tan sensato que es lo que hace años que el independentismo reclama a Madrid, sin éxito: diálogo. "La única vía posible es política, sentarse a hablar y llegar a un acuerdo, que es lo razonable en un estado democrático". Todo el resto es "intentar apagar el fuego con gasolina, hay extintores que se llaman hacer política sería". Las imágenes de las movilizaciones a partir de la injusta sentencia del Procés y de la respuesta policial no parecen ir en esta dirección: "No podemos estancarnos, intentando solucionar esto a tornillazos, pedradas, cargas de antidisturbios, policías heridos... Ése es el peor camino". 4 formas de definir la violencia: tres son conocidas, porque están en todos los medios españoles. De la otra se habla menos, y con la boca pequeña: "cargas policiales". Seguramente podría haber incluído otres actuaciones policiales cuestionables, como infiltrados, exceso de fuerza, detenciones arbitrarias, intimidaciones, opiniones políticas de uniformados... En todo caso, Manolo se ha quedado a medio camino, y la red no le perdona: le han caído un montón de palos para no pedir más mano dura contra Catalunya.

Parece que hablar mucho de la política del "a por ellos" sale caro en España. García se ha mojado, sí, pero sólo tres dedos del pie, y aun así recibe de lo lindo.