El desafortunado gesto de Luis Rubiales en la final del Mundial femenino de futbol ha suscitado todo tipo de debates. En tiempos de auge de la ultraderecha, no debiera ser sorpresa para nadie que un escándalo acabe siendo el arma arrojadiza de algunos sectores conservadores para cuestionar cualquier ápice de avance colectivo. Todo lo que huela a novedad gusta poco, y no hay que remitirse a lo material o lo abstracto. Sin ir más lejos, los pasos que la sociedad haya podido hacer hacia adelante en materia de feminismo vuelven a estar en entredicho después del beso no-consentido del presidente de la federación a la futbolista Jennifer Hermoso. Reacciones que se sirven al plato desde el caldo de cultivo idóneo para que regurgite el machismo más rancio.
Como de todo, los medios se hacen eco. De lo bueno y de lo malo, de lo mejor y de lo peor. En demasiadas ocasiones con mucho gusto de esto último, dando voz a discursos lamentables y excesivamente dañinos. El caso es que, al imaginario retrógrado que cada profesional pueda tener, se le suma el uso de espacios televisivos que permiten que se perpetre un característico olor a naftalina. Precisamente, eso es lo que sucedía en la versión matinal de las noticias de Antena 3. Mientras los más afines al grifo del agua fría apuntan —y parecen conocer de primerísima mano con unos datos que prometen haber salido del foro más tróspido de Internet— que el piquito de la discordia fue de mutuo acuerdo, el periodista Manu Sánchez ha querido ir más allá con una proclama en el que no se ha dejado ni un palo por tocar. Agarrad unas palomitas, pipas, o lo que cada uno guste, pero esta retahíla de barbaridades no tiene desperdicio. La repasamos.
Manu Sánchez no soporta ser un hombre de este tiempo
"Las cosas aparecen a la misma velocidad que las dudas sobre qué hacer para ser un hombre de este tiempo. Y yo que creía que la edad a uno le hacía más sabio... Pero no". Así arranca el ametrallamiento de sutilezas no tan sutiles del informador. Desde un inicio ya está claro que Sánchez no sabe nada sobre ser un hombre de este tiempo. En realidad, que diga tener dudas al respecto es, cuanto menos, curioso, porque está claro que ser hombre y vivir en este tiempo le disgusta en demasía. Lo lleva fatal, porque ahora a los hombres les hacen pensar. Vaya faena.
Tan mal, que ha alcanzado el nivel de reflexión cumbre del machirulismo, así como ha considerado de importancia estatal compartir los conocimientos que ha ganado dando paseos por las vías del pensamiento más viejuno. "Solicito ayuda", dice con la sorna del privilegio, "preguntas sobre casos concretos". El suyo es, en realidad, un servicio social. Nos descubre los casos concretos que más preocupan a los señoros, que ahora, desconcertados, ya no saben cómo actuar ante nada.
En el ámbito del trabajo, el planteamiento es que "le doy una muy buena noticia a una chica de la que soy el responsable. Ella se alegra una barbaridad. Me lo quiere agradecer con un beso o un abrazo. ¿Lo acepto, como toda la vida?". En un vagón de tren, "una mujer joven con una maleta más grande que ella, a duras penas puede colocarla. ¿Le echo una mano, como toda la vida?". En un ascensor, "solo estamos ella y yo. ¿Dejo que pase, como toda la vida?". Y la indiscutible necesidad de mentar los saludos. Por ejemplo, en una entrega de premios, "uno para un hombre, se le da la mano. Otro para una mujer. ¿Se le dan dos besos, como toda la vida?".
Tantas preguntas que él no alcanza a responder. Con lo bien que está todo, la tranquilidad estática del pensamiento aburguesado. Por qué no hacerlo todo como toda la vida. Que no hubieran votado nunca tampoco las mujeres, si hasta cierto punto se había hecho así toda la vida. "Mi educación, mi forma de ser, mi edad, pues porque soy así, me llevan a hacer lo de toda la vida. Es lo que me sale, no he cambiado aún. Si hay algo que lo ha hecho, que ya es distinto. En mí y en otros muchos. Hace solo unos años ni me habría planteado estas preguntas. Algo nos está pasando". ¡Por fin un acierto! Manu, sí. Está pasando algo y es lógico que te sientas afligido. Las prerrogativas masculinas están despedazándose y están aplastando a los machotes de turno. Es una lástima.
La red enloquece ante las repulsivas palabras del periodista
Cambio de tiempos que implica la respuesta casi inmediata de los internautas. En X, los usuarios lo han comparado con Vicente Vallés. "Con mugre como esta estamos apañados", "lo mejor sería enjaularles en la habitación del retrete" o "guárdate tus babas, payaso" serían algunas de las reacciones más viscerales. Otros, se hacen la pregunta del millón: "¿Por qué se pone a reflexionar en unos informativos? (...) Sesgado para manipular".
Tampoco sabemos el porqué de su reflexión matutina. Inspiración divina, ganas de pronunciarse o la voluntad de cambiar el mundo y hacerlo retroceder al neolítico. Quién sabe, pero con prédicas tan bien hiladas da ardor empezar el día. Él puede congratularse, porque no hay duda de que seguirá como toda la vida.