A Manuel Valls, el candidato del Cs (aunque se esfuerce al disimularlo), el debate electoral de TV3 se le hizo largo. Muy largo. No es de extrañar. Son muchos días de campaña, "pateando" Barcelona (o al menos, eso asegura al ex Primer Ministro francés) e intentando sacar la cabeza en las encuestas para salvar los muebles de una candidatura que apuntaba muy alto y que tiene pinta acabar en tragedia. El estrés pasa factura, como refleja la fotografía inédita de ElNacional.cat. El siempre intenso Valls, bostezando inexorablemente. Qué gran metáfora de su papeloó en Barcelona. ¿Bosteza porque la ciudad le importa un rábano? ¿O es un reflejo del interés que el discurso del candidato despierta entre la ciudadanía?
Sea como sea, la estampa de Manolito, como le dice "amorosamente" una gran amiga como Pilar Rahola, es un buen resumen de la cantinela que nos regaló durante el encuentro electoral. Insistió hasta la extenuación con los mantras heredados de Ciudadanos: Que si Barcelona ha caído en las garras del separatismo. Que si tenemos que volver a sentirnos españoles. Que si la ciudad ha dejado de ser amiga de las empresas, de los turistas, de los gatos y de los perros. Que si los europeos nos miran mal. Que si supremacistas-populistas-independentistas... En fin, para bostezar como animales. ¡Y tanto!
Pero queda una duda, después de examinar con detenimiento la instantánea de Sergi Àlcazar. ¿Y si nos estaban dando "gato por liebre"? ¿Y si Valls no era Valls? ¿Y si todo formaba parte de una performance minuciosamente preparada para entretener a unos espectadores que como reconoció la presentadora del debate, Ariadna Oltra, quizás estaban exhaustos por un debate larguísimo de 2 horas y media? Manuel, que te hemos pillado. El de ayer no eras tú. Tiraste de tu agenda de contactos VIP para contratar un doble: El actor inglés (quizás el único error de su puesta en escena) Rowan Atkinson. Sí, ya saben quién es.
Bromas aparte, Manuel "Mr.Bean" Valls recordará la fotografía como un error más de su estrategia "de estadista internacional". Un estadista que se aburre, como el resto de los mortales. Pero el problema es que incluso se aburre de si mismo. La "mejor" carta de presentación para un aspirante a conquistar la alcaldía, claro que sí. Parafraseando su lema de campaña, "Ahora conviene (dormir), Valls"