El futuro exconcejal del Ayuntamiento de Barcelona, Manuel Valls, cada día está más lejos de Catalunya. De hecho, pasa más tiempo en París que cerca de su puesto de trabajo. Hace días que es noticia por dos razones: la primera, por el anuncio de que la aventura catalana es historia. La segunda, por la rabieta después que toda Francia y Catalunya se mearan de risa con la despedida de un programa de televisión: el 'Polònia' de TV3. El gag 'Moi je m'appelle Manuel Valls' no deja de reproducirse y de hacer daño a su orgullo. Y su reacción es escupir contra Televisió de Catalunya, el programa producido por Toni Soler y el independentismo. El fin de semana ha ido recibiendo bofetadas por sus ataques, pero se ve que no ha bastante y vuelve a insistir. Ahora, en el canal LGI de Francia.
Los franceses se tronchan viendo la figura del exprimer ministro caricaturizada por los humoristas catalanes, que han captado perfectamente la esencia y el legado del Valls en Barcelona. Pero si su supuesta grandeur ha quedado empequeñecida por la sátira televisiva, sus reacciones todavía lo descalifican más: insultando y diciendo auténticas burradas de Catalunya y de sus medios públicos. La última, sin despeinarse, asegurar que este programa y la cadena son una "máquina de guerra única en Europa" que ataca a todos los luchadores contra la independencia. Una nueva frivolitè de mal gusto que añadir a la colección. La pronunció, además, con una sonrisa cínica diciendo que "está bien hecho y hace reír a la gente. Yo también me río". Su intervención ha provocado la respuesta de la corresponsal de Euskal Telebista en París, apoyando a 'Polònia': Olatz Simón le recuerda que, tal y como le espetó Xavier Sala-i-Martin, "ataca a todo el mundo. A los separatistas, también. Esta es la razón de su éxito".
¿Recordáis aquel Valls que decía que con la ultraderecha no se podía pactar? Pues miradlo ahora. Dos semanas más en Catalunya y se afilia a VOX.