La exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se ha cubierto de gloria. Y no, no es la primera vez. La jueza, que se salvó milagrosamente de la matanza de Atocha, en la que pistoleros de extrema derecha acabaron con la vida de 3 compañeros abogados del bufete laboralista donde trabajaba en 1977, así como la de un estudiante y la del administrativo de la oficina, no tiene ningún inconveniente en blanquear a los herederos ideológicos de los asesinos: VOX. La entrevista que ha concedido en El Diario de Navarra es alarmante, especialmente por una respuesta: "¿Tiene miedo de que alguno de sus nietos se haga de VOX?" La respuesta es infame: "no me importaría nada. Tengo amigos de Vox que son una gente magnífica, al margen de su ideología".

Estas palabras de Carmena, que gobernó Madrid con la izquierda, han caído como una bomba en las redes sociales. Llueve, sin embargo, sobre mojado: la pregonera de las Fiestas de la Mercè de Barcelona, invitada por Ada Colau, fue muy criticada por relacionar la subida de los ultras con el Procés independentista. Como si fueran una seta surgida únicamente de las aspiraciones legítimas y democráticas de buena parte del pueblo catalán, vaya. Un ejercicio de desmemoria sesgado de categoría, y que ha sido ampliado a la enésima potencia con esta frase sobre "lo magníficas personas" que son los de VOX. Los palos le llueven por todas partes, con la periodista, miembro de La Competència y comisaria Natza Farré dejándola en ridículo: "tengo unos amigos del kkk que son bellísimas personas"

Natza Farré / @natzafarre

Manuela Carmena / EFE

Esto de Carmena parece el tópico de los vecinos de maltratadores, asesinos o delincuentes cuando los entrevistan en televisión: "era una buenísima persona, no sé cómo ha podido hacer eso". Que se lo haga mirar, o incluso mejor: que se lo guarde solo para ella.