Si marcar 7 goles a un rival de Champions no fuera bastante premio para los 5.070 espectadores que se desplazaron al Estadi Johan Cruyff de la Ciutat Esportiva Joan Gamper, lo que pasó después de la goleada del Barça al Rosengard sueco se puede considerar como el regalo de Navidad más valioso para un culé. Una persona importantísima para el equipo e idolatrada por cada seguidor azulgrana cogió el micrófono y se dirigió a los seguidores. Era Mapi León, en muletas, recuperándose de la operación por la rotura de menisco que la ha apartado de las alineaciones de Jonatan Giráldez. Tenía que decir cosas importantes, de enorme trascendencia. El estadio, en silencio, prestaba toda su atención. Es una ídola absoluta. Se lo ha ganado como barcelonista, como jugadora de fútbol y como persona.

Desde que sufriera el problema en la rodilla, María no se ha perdido los partidos de sus compañeras. Es una líder del vestuario y ejerce cuando juega, pero también cuando no lo hace. Además, sabe de la estima de la afición, de la alegría de verla con su sonrisa incluso en momentos complicados como estos. La aparición de hace unos días, con camiseta vintage del Barça y gorra de Peaky Blinders fue sensacional, la respuesta del respetable, también. Pero se ha superado con el momentazo que firmaba desde el centro del campo. Cuando cuelgue las botas, las teles y los medios tienen una mina de oro.

Decía que estaba nerviosa, pero a la central no se le notaba. Y se ponía en modo a barraca: "Tengo dos noticias que quería daros en persona". Con esta frase ya tenía todo el mundo en el bolsillo, claro. La deferencia la hace grande. "Lo de la lesión me ha hecho pensar, y replantearme muchas cosas. Entonces tengo que comunicaros que no voy a continuar". Griterío en la grada. "Noooooooo". Mapi: "Que lo dejo". Los gritos todavía más fuertes y tristes. El infarto en el corazón azulgrana, llamando a la puerta. ¿El salvavidas? Un pero. "Pero como Jona nos deja a final de temporada (el técnico gallego ha decidido irse), he pensao' que yo soy la nueva entrenadora". La sangre culé, de helada a hirviente. Ovación, carcajadas. Y la frase que remataba a todo el mundo, en catalán: "No patiu, és una brometa". Ay, Mapi. Vaya suerte encontrarte.

Mapi León renueva hasta 2026 / X

El discurso continuó con un nuevo guiño a la lengua catalana, Mapi se ha prometido aprenderla y utilizarla de manera natural para el 2024. Es lo único que le quedaba para quedar incrustada a fuego en la leyenda de este club, en la que el éxito también habla de cuestiones de tipo más romántico y comprometido. Después de confirmar el anuncio más deseado que "he renovado hasta 2026" y provocar el estallido del estadio y las compañeras, decía"i estic millorant el meu català per vosaltres, culers. Bon Nadal". Del ataque cardiaco al éxtasis. Papa Noel y Mapi León, siempre con regalos. Que traigan una recuperación fulgurante... y la renovación de Alexia Putellas.