Las jugadoras del Barça femenino hace días que se han tirado de cabeza a las vacaciones de verano. Merecidísimas, ganadísimas y aprovechadísimas, no hay que decirlo. Alexia Putellas en Colombia combinando ocio y proyectos solidarios, Aitana Bonmatí haciendo país pero visitando también el Mediterráneo, Patri Guijarro y Claudia Pina en Formentera... Pues bien, completamos el álbum con la pareja más estimada y estimable, la que forman Mapi León e Ingrid Engen. Aragonesa y noruega, inseparables, han llegado al descanso veraniego con las vitrinas de trofeos repletas, pero experiencias diametralmente opuestas. María, lesionada desde hace meses y trabajando incansablemente para recuperarse; Ingrid, ocupando su plaza sobre el campo y defendiendo como una auténtica maestra la parcela de su compañera. Vaya viaje.
Que ambas están viviendo la etapa de mayor plenitud de sus vidas ni cotiza. No podemos dejar de recordar las publicaciones de la de Zaragoza hace unos días, repasando la temporada y agradeciendo el apoyo, el afecto y el calor recibido. Un escrito tan largo que necesitaba dos páginas por concentrar todo lo que sentía sin perder la esencia. Las palabras a la noruega, emocionantes: "Y a ti, Ingrid, por cuidarme, aguantarme, estar cada día y darme fuerzas a pesar de que la temporada ha sido muy intensa para todos y tú ya tenías suficiente con quitarme el puesto, espero haberte ayudado “con mis trucos". Gracias my heart". Engen le correspondía por su cumpleaños con una respuesta igualmente tierna.
La pareja, como decíamos, abandonó Barcelona para empezar una ruta de viaje que las ha llevado hasta Portugal. En la capital, Lisboa, han podido satisfacer uno de sus grandes placeres: el café, las pastas y, en general, las cafeterías más chulas. En una terraza han compartido una especialidad, el cruasán de pistacho, que ha hecho salivar a más de un fanático. "Aquí la secuencia de la felicidad", titula la deportista. De las imágenes compartidas estos días, todos se pregunta lo mismo: si los anillos que lucen quieren decir algo más, si hay campanas de boda. No hay respuesta, pero si hiciera falta, ellas serían las primeras en compartirlo. De la manera más sencilla, natural y genuina. En todo caso, imaginar este enlace hace vibrar al fandom. No nos engañemos.
De los recuerdos que se llevan de la escapada, hay que subrayar la fotografía impresionante de las protagonistas en uno de los paisajes más idílicos, en Cascais. La desembocadura del río Tajo, o Tejo en portugués, en el océano Atlántico, es una de aquellas cosas que se tienen que ver, sí o sí. La estampa con la ciudadela, las edificaciones, la naturaleza y el pequeño faro que ilumina el rincón cada noche es suprema. Mapi aprovechó para hacer un pequeño descanso y coger un poco de color en bikini, dejando sus espectaculares tatuajes a la vista de Instagram. Engen, por su parte, nos regala su sonrisa contagiosa, optimista y serena. Dan envidia. Da gusto verlas.