Quién nos iba a decir a los culés a estas alturas de la temporada que el Barça de Flick iría como una moto, que estaríamos líderes en la Liga, que habríamos batido el récord de goles del club en la jornada en la que estamos, que nos lo pasaríamos pipa viendo a nuestro equipo, y que un puñado de críos de la cantera, acompañados de veteranos como Lewandowski o Íñigo Martínez, nos harían soñar con la posibilidad con volver a ganar títulos y jugando como los ángeles. El técnico alemán ha construido un equipo donde todo el mundo se lo cree, y ha dado confianza a muchos jóvenes que parece que lleven jugando toda la vida. Chicos de 17, 18, 19, 20 o 21 años que la tocan de maravilla. Y en este sentido, tenemos que hablar de un nombre en mayúsculas que nos ha robado el corazón: Marc Casadó.

Sin hacer ruido, el de Sant Pere de Vilamajor se ha hecho un lugar en el equipo. ¡Qué digo un lugar! Se ha convertido en un titular indiscutible, pieza primordial del Barça de Flick, piedra angular en el centro del campo, pivote defensivo que se deja la piel, que lucha todas los balones a pesar de no tener un físico imponente, y que además, tiene una calidad en los pies absolutamente descomunal. El Barça no pudo fichar un medio centro de garantías y bien de precio y miró para casa, a menudo, la mejor solución. Primero fue Marc Bernal, pero la lesión de este le dio la oportunidad a Casadó... Y vaya si la ha sabido aprovechar. Su buen juego en el Barça ha comportado una situación previsible: ser convocado por primera vez por el seleccionador español, Luis de la Fuente, para jugar los dos siguientes partidos de la Nations League con la Roja. Marc Casadó, como un niño con zapatos nuevos.

En la concentración de Las Rozas, ha sido entrevistado por Juanma Castaño en El partidazo de la COPE, y allí, aparte de hablar de fútbol, ha dado detalles íntimos en un test que le han hecho: de padre químico y madre farmacéutica, le encanta leer libros de economía, tiene la superstición de entrar al campo con el pie derecho y hacer dos saltitos, su mejor amigo en el mundo del fútbol es el futbolista del Andorra Josep Sardà, echa unas siestas interminables ("Me gusta mucho dormir") y también se ha mojado cuando le han pedido por un restaurante de Barcelona que le entusiasme. Y Casadó no lo ha dudado ni un segundo y ha confesado un rincón de la ciudad que para él es innegociable y al cual va siempre que puede, una brasería steakhouse que hay en las calles Industria y Córcega, de la capital catalana.

Un restaurante que, lo constatamos, es una delicia. Un local donde va con familia, con amigos... y en pareja. ¿Quién? Casadó no revela quién le ha robado el corazón, pero hay que recordar el troleo que le hicieron hace unos meses sus compañeros de vestuario y buenos amigos, Alejandro Balde y Lamine Yamal. El ex capitán del Barça B publicó un vídeo después de una victoria la temporada pasada y Balde hizo un comentario haciendo referencia a la pareja del jugador: "Mucho vídeo pero no enseña a su novia", y se dirige a Lamine Yamal, que se añade y entra al trapo: "Si no la enseña él, tendré que decir yo quién es".

 

Marc Casadó, maravilloso.