Es curioso lo que pasa en aquel país denominado España. Concretamente, con el equipo más hipócrita del fútbol español, el Real Madrid, el del señorío. Un señorío que se pasan por el forro cuando ven que no les ríen las gracias y que las cosas no salen como ellos quieren. Un señorío que encierran en un cajón con llave cuando ven que el Barça les pinta la cara. Un señorío que se transforma en macarrismo más propio de pringado que de señores. Porque a la que las cosas van mal dadas, Florentino empieza a poner en marcha sus altavoces de basura y desde la caverna empiezan una nueva campaña haciéndose las víctimas. Pero es que con este último Clásico se han superado.
El madridismo más ultra acaba de pasar a la historia, de forma masiva, por un hecho insólito: quejarse de una decisión acertada. Ya no se trata de unas manos dentro del área y de la interpretación que pueda dar el árbitro o el VAR. Ya no se trata de una dura entrada y la interpretación de sí era tarjeta amarilla o tarjeta roja. Ahora, de lo que se trata, es de poner el grito en el cielo porque el VAR ha anulado un gol del Madrid por fuera de juego de Marco Asensio... que era fuera de juego. Ancelotti, técnico merengue, demostrando que por mucho que se vanaglorie de no quejarse nunca de los árbitros, lo hace como cualquier hijo de vecino cuándo no le pitan a favor. En Marca, hiperventilando y protagonizando una de las portadas más aberrantes de los últimos tiempos, hablando de un milímetro cuando en realidad, la diferencia entre Barça y Madrid no es de un milímetro, sino de 12 puntos.
En el Chiringuito y Jugones, con Pedrerol y su troupe madridista enloqueciendo y diciendo las habituales sandeces sobre Liga adulterada y milongas del estilo. Con tres periodistas que son tres hooligans y se pasan los mínimos códigos deontológicos por donde no suena: José Luis Sánchez, Tomás Roncero y Juanma Rodríguez. Y ahora, quien se ha abonado ha sido Manu Carreño en la Cadena SER.
En lugar de poner el foco en la distancia del Barça, en lugar de señalar al Madrid por llorar y quejarse como un equipo perdedor, DESPUÉS DE UN ACIERTO DEL VAR, lo que hacen es sumarse a la campaña de intentar justificar lo injustificable. Dice Carreño: "Mientras el Barça sentencia la Liga, el fútbol sentencia al VAR. Y es que no hay manera. Esta temporada estamos viendo un nivel de los árbitros que deja bastante que desear". Puede ser. Pero lo que sí deja bastante que desear es el lamentable nivel periodístico de más de uno que va dando lecciones. Sigue Carreño: "Seguimos viendo cosas como esas líneas que ayer en el Camp Nou siembran la duda en muchos. Siembran la duda por la manera en la que se tiran, por la manera en la que se trazan esas líneas. No puede ser que todo quede resumido a un tío con un bolígrafo o lápiz coloque una línea en un ordenador, con una mano. Puede tener mejor pulso, menor, peor vista. No puede ser"... Parece una broma. Pero no.
Quien ha oído estas palabras ha sido un ex del Barça y actual comentarista para la TV mexicana, Marc Crosas. El joven de la cantera culé no se calla ni una, y a menudo peina a diestro y siniestro cuando alguien dice o hace alguna estupidez, especialmente cuando atacan al Barça.
Crosas tiene mucho más juicio que los periodistas de la caverna, y esta vez ha vuelto a dedicar una sonora bofetada con la mano abierta a Carreño y a los que como él, las últimas 48 horas están enloqueciendo con el tema de las líneas del fuera de juego. Dice el exjugador: "“Un tío con un bolígrafo o con un lápiz tirando una línea”. Desinformando a los oyentes desde posiciones privilegiadas. Son patéticos. Ya no pueden ni disimularlo":
Como él dice, no pueden disimularlo... El problema es que tampoco quieren hacerlo.