Después de 3 capítulos flojos y rayando el absurdo, T5 ha acertado de lleno con la última emisión de 'Hormigas Blancas'. El documental y debate dedicado a Lola Flores no ha decepcionado, especialmente por la presencia entre los colaboradores de un animal televisivo en mayúsculas: Marc Giró. La vida de 'La Faraona' fue intensa, controvertida y pintoresca, sí, pero repasarla a través del catalán es fascinante. Giró es cualquier cosa menos un adulador domesticado, mezclando su admiración por el personaje con conocimientos y un espíritu crítico que no se ve a menudo en el plató de Mediaset.

Lola Flores Hormigas Blancas T5

Marc Giró Hormigas Blancas T5

El programa repasó la vida, obra, milagros y vergüenzas de la artista de Jerez, mito español de una época y protagonista de infinidad de anécdotas alucinantes. Sus amores y desamores, los problemas con Hacienda, el famoso 'topless' en Interviú, la boda de la hija Lolita y el célebre "si me queréis, irse"... Un no parar. Ahora bien, si el programa hubiera dependido de Lydia Lozano o Rappel, presentes en la mesa, la noche hubiera sido aburrida, una más de tantas. Allí, sin embargo, estaba Giró (y Núria Marín, que come aparte en T5) para añadir sal, pimienta y mucho tabasco, rebatiendo teorías aduladoras con la Flores y su universo. Una de las más contundentes, relativa a sus problemas económicos y su curiosa forma de querer salvarse de sus obligaciones con el erario público ("si una peseta me diera cada español...") cayó como un trueno en el plató: "Fue una artista franquista, utilizada para blanquear una dictadura. Ella misma lo dijo: Franco me encantaba. Luego se supo adaptar, pero fue una artista vaselina: nos acompañó en la Transición, como Juan Carlos".

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Marc Giró Lola Flores Hormigas Blancas T5

Marc Giró Rappel El Pescailla T5

Cada vez que el catalán intervenía, Rappel y Lozano hervían por dentro. Su papel era otro, el del enjabonado permanente. Y por allí Marc no pasa: como cuando se indignó con eso de que el marido Antonio 'El Pescailla' inventó la rumba catalana, o el mito de que el guitarrista dio un paso al lado para cuidar a la familia mientras Lola triunfaba en los escenarios. La realidad es (y fue) otra. Grandísimo Marc. Y divertidísimo, como siempre.