No tenemos ninguna duda, Marc Márquez será uno de los nombres propios del año. Su aparición de rojo con Ducati ya es historia del motociclismo y la temporada promete. En la primera carrera ya demostró de todo lo que era capaz de hacer encima de las ruedas y, con 32 años, vuelve a ser uno de los candidatos a todo. El primer Gran Premio de Tailandia fue muy especial para la familia Márquez porque los dos hermanos consiguieron un podio histórico. Marc primero y Àlex segundo aparecieron en una instantánea que colgará la familia en todos los cuadros y que, estamos convencidos, que se irá repitiendo a lo largo de toda la temporada. Realmente, todo lo que nos imaginábamos en la campaña pasada le está pasando en esta y ya veremos si hay alguien capaz de quitarle la primera posición de la clasificación.
El catalán nos encanta porque no cambia su personalidad en ninguno de los contextos. El piloto es así, competidor, casero y muy auténtico y lo demuestra en todas las publicaciones en qué lo vemos. Antes de la última carrera tuvo un detalle precioso con uno de sus mejores fanáticos, que lloró en su caída de la temporada pasada. Realmente, Marc Márquez tiene facilidad para tocar la fibra a todos sus seguidores y nos enamora en cualquier publicación de Gemma Pinto en que aparece. De hecho, el piloto y la influencer tienen una de las relaciones más queridas de todo el motociclismo y este año la volveremos a ver a su lado en todas sus celebraciones. Este fin de semana, la MotoGP se podrá vivir desde Argentina y el catalán ya ha anunciado la llegada, con jet lag, en sus historias de Instagram.
Aunque haga horas que haya llegado, parece que Marc Márquez no ha perdido el tiempo en el país sudamericano y nada más llegar fue a dar un paseo por la capital. Eso sí, su paseo por Buenos Aires, no duró demasiado porque ayer por la tarde tenía una cita muy especial: el partido de su equipo. Efectivamente, por muy lejos que esté de Catalunya, el de Cervera, como un culé más, está más que ilusionado con la temporada del conjunto blaugrana. De hecho, así lo ha demostrado en sus historias donde aparece él, sentado en un sofá y de cara a la televisión, mirando el partido de Champions del Barça. Ni en Buenos Aires, Marc Márquez quiso perderse el partido más importante de la temporada y el conjunto culé, obviamente, no decepcionó.
Como hemos visto alguna vez en las historias de Gemma, los Márquez son unos apasionados al fútbol y, de hecho, a Argentina, que de fanáticos lo son y mucho, le han regalado una camiseta de la selección con el número 93. La cara de felicidad de Márquez lo dice todo porque, como nosotros, también debe pensar en un argentino que dejó huella en todo el panorama culé. La euforia por los colores blaugranas atraviesa fronteras e incluso el mejor piloto de motos del mundo se lleva la pasión en todas sus carreras. Eso sí, la ilusión que genera el Barça es similar a la que también levanta Marc Márquez, que estamos convencidos de que este fin de semana volverá a ser el primero a ver la bandera a cuadros. Qué suerte para los catalanes que son culés y de Marc Márquez esta temporada, de victoria en victoria.