El actor Marc Martínez es un hombre que destaca, entre otras cosas, por dos pasiones: la defensa de la naturaleza y el cuidado de los hijos. Quizás no parezcan demasiado relacionadas, pero se equivocan: la primera es la herencia que dejaremos a los segundos. Marc ha sido padre en tres ocasiones: León, Mia y Bruc, estos dos últimos fruto de su relación con la también actriz Sara Espígul. Y gracias a las redes sociales podemos comprobar a menudo que es un 'papá' 5 estrellas. Bien, no sólo en las redes: también en la televisión, como anoche en 'Au Pair' de TV3, compartiendo capítulo con el presentador Xavi Coral. Martínez se dejó la piel para cuidar a Cecília y Cinta, dos chicas de Girona que a pesar de no ser sangre de su sangre disfrutaron de su entusiasmo y dedicación.
La agenda de Marc siempre tiene un hueco para los chiquillos, y Mia, de 6 años y medio, es una de las habituales compañeras de todo tipo de actividades. La última ha sido una excursión por un paraje natural en el Alt Empordà: el lago de Valveralla. Todo iba de perlas hasta que se han encontrado con la huella molesta de otros excursionistas.
La jornada ha sido muy enriquecedora. En el buen sentido, pero también en el peor. Porque pasear por bosques, lagos, montañas o prados es un gozo, pero también refleja algunos de los peores hábitos del género humano: ensuciarlo todo con nuestros desperdicios. La pareja de excursionistas, según el relato del padre en su cuenta de Twitter, ha encontrado porquería a espuertas. La niña, a pesar de su corta edad, ha demostrado mucha más humanidad e inteligencia que la mayoría de adultos de esta supuesta 'civilización'. Nos pone en situación: "Papá, ¿recogemos las porquerías que tira la gente para que la naturaleza pueda respirar mejor?". Maravilloso. Su inocencia explicando el problema tendría que hacernos caer la cara de vergüenza.
Lo que no resulta tan gratificante, sin embargo, es el resultado de la experiencia. Somos, y nos incluimos desde estas páginas de EN Blau, unos puercos (con todo el respeto hacia los animales, que no tienen culpa de nada): "2h de caminata - 2 bolsas de mierda". Lisa y llanamente. Muy asqueroso. "Respetemos la naturaleza", clama Marc, que ha compartido con su hija este trago desagradable.
Ojalá que la criatura no olvide jamás lo aprendido durante la caminata. Y que ella, y tantos otros, consigan que la naturaleza respire mejor antes de que sea demasiado tarde. Felicidades por la iniciativa. Y disculpas por la suciedad.